S on las cuatro pes que marcan la tendencia de los análisis clínicos: predictivo, preventivo, personal y poblacional", dice Javier Echevarría, director de Innovación mundial de los laboratorios Synlab. Pero si las pes son el camino, la meta es pronosticar que una persona tendrá, muy probablemente, una enfermedad antes de que afloren los síntomas. Synlab es pionera en la innovación e implantación de nuevos tests clínicos y, muy especialmente, en popularizarlos abaratando costes y haciéndolos accesibles a una amplia capa de la sociedad. Aunque cada año ponen en el mercado un centenar de nuevos tests, cuatro o cinco son relevantes y en ellos vuelcan su atención para divulgarlos entre la comunidad médica. La innovación en los análisis clínicos se focaliza en la oncología, la genética, la salud de la mujer y la nutrición. Aunque Synlab no descarta ninguna, uno de sus logros, y últimos lanzamientos, son los análisis genéticos para detectar el cáncer de mama, de ovario y de endometrio. Desde que hace una década se completase el primer genoma humano, con más de 23.000 genes, la investigación ha demostrado una causa-efecto entre algunos cánceres y ciertas mutaciones en determinados genes. Echevarría dice que poco o nada se sabe de la mayoría de los genes, pero al menos 90 tiene relación con el cáncer. "El 10 por ciento de los cánceres de mama y el 15 por ciento de los de ovario tienen precedentes hereditarios" y, por tanto, dejan huella en el genoma de la paciente. Actualmente se analizan los genes denominados BRCA 1 y 2 (por breast cancer o cáncer de mama) que generan una proteína supresora de estos tumores capaz de detectar y reparar daños en el ADN. Sin embargo, ciertas mutaciones en estos genes impiden que la proteína funcione correctamente por lo que aumenta hasta un 90 por ciento el riesgo de sufrir cáncer de mama y un 65 por ciento de ovario. Pues bien, Synlab ha ido más lejos y ha cumplimentado el test BRCA 1 y 2 con el análisis de otros 16 genes cuyas mutaciones están igualmente relacionadas con estos cánceres femeninos. Echevarría explica que de la totalidad de esos cánceres de origen genético, la mitad se puede detectar con el BRCA 1 y 2 y la otra mitad con los 16 genes incorporados por Synlab, el único laboratorio que lo realiza. Este test no se realiza en los hospitales públicos españoles que se limitan al BRCA 1 y 2 -que también lleva a cabo Synlab- para pacientes que ya tienen detectados tumores en el pecho. La prueba determina con más precisión qué tipo de cáncer padece la enferma con el fin de afinar el tratamiento. El coste es un factor disuasorio para la Sanidad Pública. El análisis son 550 euros, aunque hace dos años eran 1.500, y el resultado está disponible en dos semanas. Aunque la generalización de la prueba la abarataría considerable, pues los aparatos permiten analizar de forma conjunta las muestras de distintas pacientes por el mismo coste. En cualquier caso, tampoco sería lógico realizar el test de los 18 genomas a la totalidad de la población femenina. Primero hay que comprobar antecedentes familiares que multiplican el riesgo de sufrir estos cánceres. Por este motivo, Synlab ha creado un cuestionario sobre el historial clínico de los antepasados y de cada 100 mujeres que lo rellenan, 20 tienen un riesgo suficiente para plantearse hacer el test de los 18 genes y, una vez hecho, el 5 por ciento tiene un alto porcentaje, un 85 por ciento, de padecer cáncer de mama u ovario. A estas pacientes hay que hacerles un seguimiento más estricto para pillar lo más precozmente el posible tumor. Echevarría explica que aunque hay otros genes que podrían detectar un posible cáncer, en Synlab se centran en los accionables, aquellos cuya relación causa-efecto está muy clara y, por consiguiente, tiene un tratamiento en el mercado. Biopsia líquida Pero el análisis genético para cánceres de mama, ovario y endometrio no es la única línea de investigación de Synlab. Trabaja también en la biopsia líquida que permite conocer si un tumor es cancerígeno o benigno con un simple análisis de sangre. Esto es posible porque se ha descubierto que las células tumorales liberan su ADN en el torrente sanguíneo del paciente. Este análisis de ADN en sangre suplanta una biopsia del tumor al aportar la misma información, evitando una de las pruebas más complicadas para determinar el carácter maligno de los tumores. De aquí el nombre de biopsia líquida. Un descubrimiento que abre las puertas al gran reto de la medicina en los próximos años: poder detectar el cáncer en una fase muy embrionaria, pues con que haya una sola célula cancerígena que haya liberado su ADN en sangre podría ser diagnosticado. Y como se sabe, un cáncer cogido a tiempo tiene muchas más posibilidades de ser controlado. "Será una realidad en cuatro o cinco años", afirma Echevarría.