Los hospitales universitarios de Vinalopó y Torrevieja y los centros de salud de Carlet, Crevillente y San Luis, gestionados por el grupo Ribera Salud, han logrado la acreditación de la Joint Commission International (JCI), la más prestigiosa certificación sanitaria internacional, que garantiza al paciente los más altos estándares de calidad y seguridad. Manuel Bosch, director de Innovación y Calidad de Ribera Salud, destaca que la compañía es pionera en lograr este sello en la Comunitat Valenciana y una de las primeras gestoras que apuesta por esta acreditación en España, donde, actualmente, sólo 11 hospitales -tres públicos y ocho privados- y diez centros de atención primaria han superado las estrictas auditorías. ¿Qué ha llevado a Ribera Salud a abordar este exigente proceso de evaluación, a pesar de su escasa implantación en España? Si defiendes un modelo de gestión como el de Ribera Salud, que pretende ser líder y transformador de la sanidad, es importante contar con terceros que acrediten que lo que estás haciendo tiene sentido. La Joint Comission es una organización sin ánimo de lucro, considerada la organización referente a nivel mundial y audita a más de 20.000 organizaciones sanitarias. Tener su sello es formar parte de los mejores hospitales y centros de salud del mundo. ¿Qué ámbitos y qué factores son evaluados a la hora de concederla? Los estándares internacionales recogen las mejores prácticas en materia de calidad y seguridad en el sector sanitario y, por tanto, esta acreditación asegura que éstas se han incorporado en la práctica diaria de manera consistente. En los centros de salud, se evalúan más de 400 elementos y en los hospitales, más de 1.200, relacionados con los derechos y la seguridad del paciente; accesibilidad y continuidad de la atención; evaluación; investigación; gestión de la calidad; de la información; formación y cualificación del personal; instalaciones; órganos de gobierno, y prevención y control de las infecciones, entre otros ámbitos. La acreditación requiere una media superior a nueve puntos -sobre diez-; si un centro no es excelente, no la recibe. Cinco de los centros gestionados por Ribera Salud cuentan ya con el sello. ¿Se extenderá al resto? El plan estratégico de Ribera Salud contempla la acreditación de todos sus centros, pero por fases, porque requiere una inversión elevada en tiempo y recursos. Nos planteamos un plazo máximo de cinco años. Hay que considerar que cuesta tanto conseguir como mantener. ¿Qué es necesario para mantener la acreditación? Las auditorías externas son cada tres años y revisan los tres anteriores íntegramente; cualquier incumplimiento, aunque se haya producido en un momento concreto y se haya subsanado, penaliza. Por ello, hay sistemas de seguimiento y control interno permanentes. Esto ha conllevado cambios o mejoras en estructuras y sistemas y se ha creado un comité de control, para monitorizar todos los procesos. Pero, realmente, implica a todas y cada una de las personas de la organización y de manera permanente. ¿Les consta que haya otros centros sanitarios valencianos que hayan iniciado el proceso de acreditación? Hemos sido pioneros en la Comunidad Valenciana y no me consta que se esté abordando este proceso ni en otros centros públicos ni privados. En País Vasco y en Cataluña, donde hay mayor implantación de fórmulas de gestión distintas a la gestión pública directa es donde más se está trabajando. Vinalopó y Torrevieja son, respectivamente, el tercero y cuarto hospital público en España que logran acreditarse. Ello sitúa a la sanidad valenciana en la vanguardia sanitaria internacional.