La agencia no da pábulo a la secesión pero ve incertidumbres en los próximos mesesLa agencia de calificación Fitch advirtió ayer por la tarde de que la nota de solvencia de España, de BBB+ con perspectiva positiva, podría verse modificada a la baja si el conflicto con las instituciones catalanas sufre una nueva escalada en los próximos tiempos. Pese a que Fitch insiste en que nuestra economía mantiene el pulso y un notable ritmo de crecimiento, tras avanzar un 0,8 por ciento en el tercer trimestre del año, hace hincapié en el hecho de que la declaración de independencia unilateral aprobada por el Parlament el pasado viernes va a provocar "tensiones elevadas" en los próximos tiempos, algo que podría incidir negativa- mente en la evolución de la economía. La calificadora asegura que esperaba la rápida intervención del Gobierno de Mariano Rajoy con el artículo 155 de la Constitución bajo el brazo, y se hace eco de cómo Moncloa ha asumido el control de las fuerzas de seguridad y de las finanzas catalanas. Aun así, pone énfasis en que "no está claro" cómo Rajoy va a poder aplicar su nuevo control en los próximos tiempos y cómo va a acatar el nuevo escenario la administración de aquella comunidad. Por ahora, manifiesta Fitch, las primeras señales son de una "elevada aceptación" del marco impuesto por Madrid, con las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre en el horizonte cercano. Por último, la agencia manifiesta que sigue viendo "altamente improbable" una secesión de Cataluña, y reconoce que en verano, cuando se pronunció sobre este particular, ya advirtió de que la intención del Govern de convocar un referéndum de independencia iba a generar un tiempo de conflictos con el Ejecutivo central. Un aviso en mal momento Las tres grandes agencias de calificación se han pronunciado a lo largo de este año sobre el conflicto entre Moncloa y el cesado Govern catalán, si bien la advertencia de Fitch de ayer sobre un posible deterioro de nuestra nota es la primera en este sentido. Lo que parece asumido por el Ejecutivo es el hecho de que el procés, los disturbios del 1 de octubre y la posterior declaración unilateral de independencia han frustrado que nuestro país se beneficie de una mejora de nota de solvencia. El pasado viernes, Standard & Poor's lo demostró incrementando el rating de Italia, con fundamentales en apariencia bastante menos sólidos que los españoles. Con anterioridad, el ministro de Economía, Luis de Guindos, había venido dando por sentado que las revisiones al alza de la nota de la deuda soberana eran una mera cuestión de tiempo.