El renting español, tras más de 20 años de presencia en el mercado español, es uno de los más competitivos y eficientes en Europa. Las operadoras que ofrecen servicios de gestión de flota han adquirido un alto grado de especialización y cualquier cliente, grande o pequeño; corporativo, particular o autónomo; o sectores muy especializados -incluidos vehículos industriales- con necesidades muy concretas, tienen una oferta adaptada a sus exigencias y necesidades. Aunque existe una especialización de las operadoras según el nicho al que cada una va dirigido -y que debe tenerse en cuenta a la hora de contratar un alquiler a largo plazo-los cambios que se vienen produciendo en el sector están provocando que las compañías de renting, especialmente las más tradicionales implantadas en España, empiecen a abrir su portafolio y satisfacer cualquier necesidad que les demande un cliente. Así, el renting ha evolucionado muy rápido en los últimos años en búsqueda de nuevos tipos de clientela -especialmente pymes, autónomos y particulares- y con la creación de nuevos servicios enfocados a la movilidad corporativa, dejando a un lado la mera gestión de una flota. Así, hoy se puede acceder a nuevas formas de renting, como el compartido o carsharing corporativo, en el que varias empresas ubicadas en el mismo edificio o polígono industrial comparten coches, o el flexible, que ya no se limita a cubrir las exigencias de pymes, sino que se está implantando cada vez con más fuerza en las grandes flotas para cubrir picos de producción con periodos de contratación a partir de un mes o, incluso, menos. Una flexibilidad que también se produce en los servicios que el cliente quiere contratar abriendo el abanico desde un full service a un paquete básico. Pero el renting también está dando respueta a los desafíos medioambientales que tiene el sector del automóvil en su conjunto. Numerosas operadoras ofertan coches eléctricos, incluso otro tipo de vehículos como motos, para poder afrontar las restricciones en los núcleos urbanos en fases de contaminación extrema, aunque también para ayudar a las empresas a reducir su huella ecológica, rebajando la media de las emisiones de sus flotas de automóviles. Sin embargo, todavía hay una cierta separación entre las más de 30 compañías de renting que están a disposición de cualquier tipo de cliente en España. Un gran bloque lo componen los líderes por volumen del mercado español, que nacen especialmente para dar servicio a las grandes empresas y que están ligadas a entidades financieras internacionales: Aval, ALD, Leaseplan y Alphabet (está última, ligada al fabricante BMW) controlan más del 60 por ciento de la flota gestionada en España, con unos 350.000 vehículos en conjunto. Con mucha flota están tambien Northgate, dedicado a Renting Flexible, y las operadores del Banco Santander, Bansacar y Santander Consumer Finance. Otro bloque de operadoras está ligado a entidades financieras españolas y aquí hay numerosos bancos que se dedican a comercializar desde sus sucursales coches en renting, con una presencia creciente en el canal de particulares. Algunas cuentan con sus propias operadoras, otras tienen acuerdos con algunas de las grandes. Un tercer bloque, también en aumento, son operadoras de renting de las marcas de coches que generalmente cubren las necesidades de las pequeñas flotas -pymes y autónomos- que contratan el servicio en los concesionarios y que están entrando igualmente en particulares. Por último, hay un grupo de pequeñas compañías de renting, muy de nicho.