L as cifras, al menos en esta ocasión, hablan por sí solas. Entre enero y septiembre, las matriculaciones de turismos han aumentado un 6,7 por ciento respecto a los tres primeros trimestres de 2016. Aunque el comportamiento difiere según las familias de vehículos. Algunas empiezan a estar demodé y registran pérdidas respecto a las ventas de hace 12 meses, como en el caso de los modelos de urbanos, compactos, medios, monovolúmenes pequeños y todoterrenos puros. Uno de cada tres Por contra, los SUV arrasan, igual da en que segmento compitan: las ventas del pequeño todocamino entre enero y septiembre (104.777) han crecido un 14,5 por ciento, del SUV medio (176.586) un 29,9 por ciento, del grande (31.903) un 34,2 por ciento y del premium (6.254) un 22,9 por ciento. Con 319.520 matriculaciones totales, un 34,25 por ciento del total de turismos, se han convertido en las estrellas, al copar una de cada tres compras. El SUV se topa, no obstante, con un hándicap en el renting. Algunos responsables de flotas de las grandes empresas, movidos por las cuentas y los ratios, no aceptan de buen grado en su gama los SUV, por el mayor coste que suponen debido al precio de adquisición, pero, muy especialmente, al mayor consumo que estos vehículos, algo más pesados y potentes, conlleva. Y más consumo implica además de más costes, un mayor nivel de contaminación, lo que conlleva un aumento de la huella medioambiental de muchas grandes compañías. Los fabricantes están compensando este baldón con motorizaciones más eficientes y con combustibles alternativos, como el gas y, sobre todo, con motores híbridos de gasolina y electricidad. De momento, los SUV tiene un menor peso en el entorno de las flotas que en el conjunto del mercado de automoción. En 2016, según los datos de la Asociación Española de Renting (AER), los SUV coparon el 19,15 por ciento del total de las matriculaciones del mercado (incluyendo comerciales), cuando en 2013 eran el 12 por ciento. En cambio, entre las adquisiciones de las compañías de renting, los SUV fueron el 12,25 por ciento del pasado año, el doble de 2013, lo que denota un mayor crecimiento en el alquiler a largo plazo. Aunque partían de cifras más bajas. Hay que señalar una salvedad en las cifras que maneja la AER a la hora de medir los SUV. En su estadística los contabiliza como todoterrenos. En el caso de los datos de Anfac y Faconauto, ya se separan los todoterrenos puros de los SUV. En el caso del renting es más necesario, pues el carácter corporativo y comercial de las flotas significa que muchas empresas especializadas en los sectores de construcción, ingeniería, mantenimiento o seguridad hagan uso de todoterrenos por su capacidad de circular por caminos sin asfaltar. Una tendencia en retirada. Eso explica que, en 2010, el peso de los todoterrenos fuese en el renting del 8,12 por ciento, prácticamente el mismo que en el total del mercado, un 9,75 por ciento. Desde ese año, el porcentaje sobre el total de compras se fue reduciendo en el renting hasta el 6,84 por ciento en 2013, a diferencia del mercado global. Eso se debió a la retirada de los todoterrenos puros de las flotas y el veto a los SUV. 'Chooser, user' Desde 2013, ha ido cuajando el SUV en las flotas, especialmente cuando el conductor es el que decide qué modelo se le asigna. El chooser, user elige, generalmente, un SUV. Lo que se ha trasladado a una mayor presencia de todocaminos, que no todoterrenos, en el ranking de vehículos más contratados en renting. En lo que va de año, el Nissan Qashqai, el rey de los SUV en renting, se ha colocado como el vehículo más demandado por los clientes del alquiler a largo plazo. En 2016 terminó el tercero y en 2015 y 2013, el sexto. El resto de años no entró en el top 10. Ahora bien, es el único SUV entre los diez primeros.