El grupo logra récord de beneficios, con 1.488 millones entre enero y septiembreCaixaBank admitió ayer el impacto en su volumen de negocio de la crisis política abierta en Cataluña, pero lo calificó de "moderado" y afirmó que la retirada de depósitos tras el 1 de octubre "se ha parado y revertido" con el traslado de sede a Valencia. En este contexto, el consejero delegado del grupo, Gonzalo Gortázar, afirmó que se mantienen las previsiones de crecimiento en recursos de clientes para 2017 por encima del 3 por ciento, "dada la fortaleza en los tres primeros trimestres". Apuntó que "el impacto podría verse en mayor medida en las perspectivas para 2018, si la situación se prolonga en el tiempo", por su efecto negativo en decisiones de consumo e inversión. En este sentido, hizo un llamamiento a la "tranquilidad" a sus clientes, a los que garantizó máxima seguridad, "tanto para los que tienen cuentas en Cataluña -entre los que se incluyó él mismo- como fuera". Gortázar, que presentó en Valencia los resultados de CaixaBank al cierre del tercer trimestre del ejercicio, negó cualquier tipo de presión por parte del Gobierno central para trasladar su sede fuera de Cataluña, "una decisión exclusivamente técnica, decidida para proteger el interés de nuestros clientes, accionistas y empleados", afirmó. Respecto a una posible vuelta a Barcelona, apuntó que la instalación de su sede social y fiscal en Valencia se ha hecho sin plazos definidos. "El consejo fue muy claro. Si hubiese querido que fuese temporal, lo habría dicho así, y no lo hizo", dijo. Sí descarto un traslado de servicios centrales. En esta línea, apuntó que otro tipo de decisiones vendrán determinadas por la evolución futura de la situación. El ejecutivo evitó cuantificar ni la retirada ni el trasvase de dinero desde cuentas en Cataluña a cuentas espejo domiciliadas en otras comunidades autónomas registrado a partir del 1 de octubre. Remitió a los datos de final de año para conocer el efecto real en el negocio. En todo caso, destacó que el banco no tiene problemas para afrontar cualquier demanda de fondos de sus clientes, puesto que cuenta con una liquidez de 74.000 millones de euros, tres veces más del mínimo exigido legalmente. El mejor trimestre El grupo financiero ha logrado el mejor beneficio trimestral de su historia, con 649 millones de euros entre junio y septiembre, y el beneficio atribuido al grupo en los nueve primeros meses del año suma 1.488 millones, un 53,4 por ciento más que en el mismo periodo de 2016. Descontando el efecto de la integración de BPI el incremento habría sido del 34,8 por ciento. Los recursos totales de clientes gestionados por el grupo llegaron a 350.014 millones, un 15,2 por ciento más -BPI aporta 34.773 millones-Los depósitos crecieron un 14,6 por ciento -hasta el 31 de septiembre-, mientras que la cartera crediticia bruta se redujo un 1,5 por ciento. Destaca el alza del 9,3 por ciento en el margen bruto -hasta 6.491 millones-, que recoge la aportación de BPI y la mayor generación de ingresos básicos del negocio bancario -el margen de intereses, que subió un 15,2 por ciento; las comisiones, un 20,8 por ciento, y el negocio de seguros, un 65,9 por ciento-. Gortázar subrayó la satisfacción del grupo por la integración de BPI. "El objetivo eran sinergias de 120 millones y ya se han identificado más de 100 millones, así como actuaciones que permitirán alcanzar el total previsto", destacó.