Gentiloni, convencido de la "competitividad" de la candidaturaÉrase una vez el sueño de la Agencia Bancaria Europea (EBA). Tras el Brexit, Milán, capital económica de Italia, se había propuesto para albergar a la agencia encargada de la regulación del sector bancario continental. La apuesta, arriesgada desde el primer momento, se volvió imposible con el pasar de los meses, mientras el país transalpino rescataba a su banca saltándose todas las reglas europeas. Así Italia decidió sumarse a los tantos competidores que quieren alojar la nueva sede de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) que, igual que EBA, debe ser trasladada del Reino Unido. El 31 de julio se acabó el plazo para que los distintos países miembros de la UE presentasen sus candidatura. Hay 19 ciudades europeas que competirán y la ganadora será decidida por el Consejo Europeo el próximo 20 de noviembre. Alojar a los 900 funcionarios de la agencia europea supondría un impacto económico positivo de 2.000 millones de euros, a los que se tiene que añadir el volumen de negocio generado los 36.000 visitantes que la agencia recibe cada año. Para obtener el apoyo de otros países Italia ha empezado una labor diplomática coordinada por un peso pesado de la política italiana en Europa: Enzo Moavero Milanesi, antiguo juez del Tribunal de Justicia de la UE y ministro de Asuntos Europeos en los Gobiernos de Mario Monti y Enrico Letta. El Ejecutivo nacional y los Gobiernos locales -Ayuntamiento y Región- suman esfuerzos a pesar de las diferencias políticas: el PD controla el Gobierno y el consistorio; la Liga Norte, la región. "Somos conscientes de que Milán tiene todos los papeles en reglas, no solo del punto de vista de la importancia de la industria farmacéutica, sino también de la calidad de vida, la logística, los transportes y la posible sede. La candidatura es competitiva", señala el primer ministro Paolo Gentiloni.