Las reservas turísticas y la compra de coches bajan al mismo ritmoEl consumo es uno de los indicadores que más sufre en los entornos de crisis políticas y al igual que en 2015 se dejó notar el efecto de la falta de Gobierno, con el conflicto secesionista las ventas en las grandes superficies se están viendo afectadas. Así, el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, aseguró ayer que los ingresos en los grandes almacenes han descendido entre un 15 por ciento y un 20 por ciento, mientras que las ventas de coches lo han hecho entre un 20 por ciento y un 25 por ciento. Asimismo, el turismo, el mayor motor de la economía española, se ha visto castigado y las reservas caen ya a un ritmo del 20 por ciento. Además de a la incertidumbre política, las empresas de gran consumo pueden enfrentarse estos días a un enemigo todavía mayor, el boicot. Así, las principales firmas catalanas o multinacionales que han elegido esta comunidad para implantar sus sedes en España evitan posicionarse al respecto de la crisis independentista. El temor de las compañías a un castigo en las ventas por motivos políticos no es gratuito, ya que tiene precedentes, como el boicot al cava en el resto de España, que ya generó problemas hace años y que ha resurgido. En sentido contrario, después de que Sabadell y CaixaBank anunciasen el traslado de su sede fuera de Cataluña para tranquilizar a sus clientes y a los mercados, la CUP llamó a los catalanes a retirar sus ahorros de dichas entidades como muestra de rechazo y a buscar otras "alternativas financieras".