Se salta la Ley del referéndum, que preveía la ruptura en 48 horas, al reconocer que solo es viable una solución acordadaLa declaración de independencia esperada ayer por ERC y la CUP, así como por las entidades soberanistas, quedó descafeinada en el discurso del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el pleno del Parlament convocado a tal efecto, en un gesto de "responsabilidad y generosidad" del Govern, según el president. Consciente del delicado momento que atraviesa Cataluña especialmente tras los acontecimientos de la última semana, con los ciudadanos de ambos bandos tomando las calles; las empresas catalanas huyendo en estampida ante la amenaza de ruptura; el Banco de España y las agencias de rating y organismos internacionales, como el FMI, lanzando alertas sobre el riesgo económico, y la prima de riesgo de la deuda catalana disparada, Puigdemont se plegó a la evidencia de la necesidad de poner freno al caos económico, como ya adelantó elEconomista. Incertidumbre Con su posicionamiento, Puigdemont intentó satisfacer a partidarios y detractores de la secesión, pero no contentó a nadie a tenor de las reacciones que despertó entre sus aliados y detractores. Además, abrió un nuevo calendario incierto que prolongará la incertidumbre económica, debido a las dudas sobre el futuro político, ya que en una misma intervención concentrada en media hora reivindicó la legitimidad de la declaración de la independencia y la petición de que se suspenda su aplicación para poder negociar "en las próximas semanas" con el Gobierno central, reconociendo que la única solución posible debe ser acordada. El presidente catalán asumió "el mandato de que el pueblo de Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república", aduciendo que lo hacía con solemnidad y "por responsabilidad y por respeto". Apeló al artículo clave de la Ley del referéndum, el 4.4, que es el que estipula los pasos a dar en caso de una victoria del sí. Repasó que recoge que, si en el recuento de votos válidamente emitidos, hay más afirmativos que negativos, el resultado implica la independencia de Cataluña. "A este efecto, el Parlament de Cataluña, dentro de los dos días siguientes a la proclamación de los resultados oficiales por la Sindicatura Electoral, celebrará una sesión ordinaria para efectuar la declaración formal de la independencia de Cataluña, concretar sus efectos e iniciar el proceso constituyente". Puigdemont hizo suya la declaración de independencia, en vez de seguir lo estipulado por la norma que desde el propio Govern y la CUP aprobaron el 6 de septiembre desoyendo todas las advertencias judiciales. Pero ocho segundos después, solicitó, en su nombre y en el del Govern, no aplicar la ruptura y, por tanto, dejar en suspenso la Ley de Transitoriedad: "Proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el que no es posible llegar a una solución acordada". Incidió en la necesidad de "desescalar" la tensión, pero también tildó de "imprescindible" el tener en cuenta los resultados del referéndum del 1-O en el proceso de negociación. Sobre estos resultados -invalidados por la Junta Electoral Central al formar parte de una votación ilegal-, quiso destacar que los votos a favor de la independencia fueron más que los que ratificaron el Estatut autonómico en un referéndum legal. Continuar generando riqueza De todas formas, hizo un llamamiento "a la responsabilidad de todo el mundo". Pidió a los ciudadanos catalanes que continúen expresándose "como lo han hecho hasta ahora, con libertad y respeto a quienes piensen diferente"; a las empresas y actores económicos "que continúen generando riqueza y no caigan en la tentación de utilizar su poder para atemorizar a la población"; a las fuerzas políticas a que contribuyan "con sus palabras y acciones" a rebajar la tensión; también llamó a ello a los medios de comunicación, y al Gobierno central le pidió "que escuche" a quienes desde la comunidad internacional abogan por la mediación, y a los ciudadanos de toda España que le instan a "que renuncie a la represión y a la imposición". Puigdemont también insistió en su súplica a la UE de que "se implique a fondo y vele por los valores de la unión", y consideró que el "conflicto" catalán "se puede resolver de forma serena y acordada y respetando la voluntad de los ciudadanos". Reentendimiento Dijo estar "dispuesto a transitar" el camino de la independencia aduciendo que así lo determinaron las urnas en las últimas autonómicas y el 1-O, aunque también utilizó el castellano para trasladar a los españoles un mensaje: "Les pido un esfuerzo por conocer y reconocer lo que nos ha llevado hasta aquí. No somos locos, delincuentes, golpistas, abducidos; somos gente normal que pide poder votar. No tenemos nada contra España ni los españoles, nos queremos reentender mejor, porque desde hace muchos años la relación no funciona, y la situación se ha convertido en insostenible". Asimismo, aseguró que "hay democracia más allá de la Constitución".