Las memorias USB almacenan cada vez más información y resultan más seguras y baratasSólo hace ocho años que fueron inventadas y ya quedan pocos por resistirse a sus ventajas. Las memorias USB (o llaveros, o pendrives) se han hecho sitio en los bolsillos de todo aquel que necesita transportar documentación, archivos gráficos o presentaciones entre varios ordenadores. En casa, en el trabajo, en un cibercafé o en la oficina del cliente, estos pequeños dispositivos de almacenamiento han conseguido que los tiempos en los que se utilizaban CDs para transportar datos digitales queden muy lejanos. Los nuevos modelos disponibles en el mercado pueden almacenar cada vez más información, son más rápidos, más pequeños, más seguros, más baratos y con un diseño más cuidado. A cambio, los usuarios ya se están acostumbrando a utilizar varias memorias (una para uso personal y otra profesional, por ejemplo) y a renovarlas según aumentan sus prestaciones.Precio y calidad Aunque aparentemente lo único que distingue entre sí a la amplia gama de memorias existente son su precio y capacidad -que en las primeras se medía en megas, pero ahora asciende fácilmente a dos, cuatro u ocho gigas- existen otros factores a tener en cuenta al valorarlas. Por ejemplo, la velocidad de copiado que toleran, su ergonomía y diseño (no hay que olvidar que su destino es, precisamente, su lucimiento fuera de su lugar habitual), y funciones añadidas como la seguridad que proporcionan a los datos que contienen. En ese sentido, en los entornos profesionales tienen mucho interés los dispositivos que incorporan sistemas biométricos de seguridad o métodos de encriptación para mantener la información a salvo. Cuatro gigas equivalen a los secretos que pueden contener 90 metros de estanterías. Claro que son mucho más fáciles de perder.