Todo comenzó con la impresión de biblias en un humilde taller valenciano en 1923. Hoy, casi 100 años después, el espíritu de este artesanal negocio sigue más presente que nunca en la compañía Hofmann. Especialistas en fotografía digital y productos personalizados, trabajan insistentemente en encontrar nuevos objetos que personalizar con fotografías, más allá de carcasas de móviles, lienzos e, incluso, cojines. No obstante, los álbumes digitales siguen siendo su seña de identidad; comenzaron a fabricarlos en 2004 y desde entonces han confeccionado un total de 7 millones. 2014 marcó un antes y un después en la historia de Hofmann, pues el grupo británico Photobox adquirió el cien por cien de la empresa, que tiene actualmente 140 empleados repartidos entre Valencia, París y Londres -donde se encuentra la sede de Photobox-. ¿Qué supuso la adquisición de Photobox? Hofmann sigue teniendo su presencia y su independencia dentro del grupo, solo que al formar parte de una multinacional más grande -Photobox es el líder europeo en el mercado de la personalización de fotos- se beneficia de unos recursos mayores. Hubo algunos cambios a nivel de plantilla, lo que hizo que ahora nuestros equipos estén repartidos entre Valencia, París y Londres. ¿Cuál es la historia de Hofmann? La empresa fue fundada por Carlos Hofmann en el año 1923 en Valencia. Hofmann empezó fabricando biblias en latín de manera artesanal y de ahí hemos seguido innovando hasta poder ofrecer una amplia gama de productos personalizados a partir de fotografías a gran escala, que van desde álbumes digitales -nuestro producto estrella- hasta lienzos, posters, calendarios o cárcasas para teléfonos móviles. Y siempre nos enfocamos en seguir las últimas tendencias de producción. ¿Cómo ha ido surgiendo la diversificación de productos? Empezamos haciendo álbumes digitales y vimos que existía la oportunidad de personalizar otros artículos que forman parte de la vida cotidiana de nuestros clientes. Ello nos llevó a lanzar más productos, como los mencionados anteriormente. Asimismo, estamos siempre buscando oportunidades de nuevos objetos donde la personalización tenga sentido y permita a los clientes volver a sentir esos momentos especiales. Porque al final son productos cotidianos pero que emocionan. ¿Hay mucha competencia en este sector? La competencia actualmente está en un momento bastante revuelto porque hay algunos players dentro de la industria que se encuentran en distintas fases, por lo que el futuro es un poco incierto. ¿Cómo percibe el futuro del mundo de la fotografía? Ha avanzado mucho en los últimos años y hay dos áreas en las que está evolucionando especialmente: inteligencia artificial y los algoritmos predictivos. Ello nos va a permitir que en un futuro muy cercano la creación del álbum de fotos perfecto para cada uno de nosotros sea cuestión de pocos segundos. La innovación siempre ha estado muy ligada a Hofmann desde su origen. ¿Sigue estándolo? Así es, estamos muy pendientes de todas las tendencias que hay en el mercado y tratamos de adaptarlas y poder ofrecerlas a nuestros clientes en el menor tiempo posible. Además, innovamos para que la experiencia de crear productos personalizados sea lo más sencilla y satisfactoria posible para todos ellos.