El exsubgobernador del Banco de España cree mejorable la supervisiónEl gobernador del Banco de España entre 2006 y 2009, José María Viñals, ha reconocido que hubo errores por parte del organismo en la prevención de la crisis financiera que acabará costando 40.078 millones de dinero público para evitar la quiebra de entidades y cajas. El exsubgobernador apuntó ayer, durante su comparecencia en la Comisión de Investigación de la crisis financiera celebrada en el Congreso, que hubo dos errores: uno de prevención, puesto que ni el Banco de España ni los organismos exteriores fueron capaces de advertir la recesión, y el segundo de expectativa, ya que se consideró que los desequilibrios bancarios por la alta concesión de crédito y la exposición inmobiliaria se podrían corregir gradualmente, y no de forma abrupta, como fue. Admitió también que el Banco de España debió ser más riguroso en su labor de supervisión poniendo límites a los niveles de apalancamiento y a la actividad inmobiliaria. Respecto a la supervisión de las cajas, aseguró que el organismo hizo su trabajo, aunque no las propias cajas. Viñals criticó al respecto que la politización de las mismas fue un obstáculo para su reestructuración. Finalmente, aseguró que en 2007 no había instrumentos suficientes para enfrentarse a la crisis y que por ello fue necesario crear el Frob. Respeto a la resolución del Popular, esgrimió que el banco tuvo un problema de gobierno interno. El doctor en Economía, Ángel Vilariño, segundo compareciente, aseguró que el Banco de España debería haber frenado la burbuja inmobiliaria limitando la concentración de promotores inmobiliarios y vigilando las carteras para identificar activos deteriorados. El tercero en intervenir, el expresidente del Banco Hipotecario Español, Julio Rodríguez, señaló que detrás de la burbuja hubo un desmesurado volumen de crédito, prácticas como premiar a empleados de bancos por dar crédito y ayuntamientos dispuestos a construir lo que fuera.