Pedraz asegura que ya no hay riesgo de que influya en los testigosEl juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, ha abierto la puerta a que Ángel María Villar, su mano derecha, Juan Padrón, y el hijo del primero, Gorka Villar, abandonen la prisión de Soto del Real si pagan una fianza de 300.000 euros y 150.000 euros, respectivamente. El magistrado ha decidido revisar las medidas cautelares adoptadas hace casi dos semanas porque ya no hay riesgo de que el expresidente de la Federación Fútbol pueda "obstaculizar la investigación" o "fugarse". En concreto, Pedraz apunta a que los detenidos ya "no pueden influir" en los testigos e imputados a los que ya ha tomado declaración, ni puede "alterar" los documentos que han incautado y volcado para su posterior análisis. En este punto, cabe destacar que varios medios de comunicación se han hecho eco de los mensajes que miembros de la dirección de la Federación lanzaron a los empleados para que midieran bien sus palabras ante las preguntas del juez o de la prensa, imponiendo así una especie de "ley del silencio". Además de la fianza, Pedraz ha decretado una serie de medidas cautelares para asegurarse de que ninguno de los tres detenidos abandone el país. En concreto, se ha impuesto la obligación de comparecer semanalmente ante el juzgado; la prohibición de salir del territorio nacional; la retirada del pasaporte, así como la obligación de facilitar un teléfono móvil a fin de estar localizados y poder ser llamados en cualquier momento para ponerse a disposición del tribunal. A su vez, se ha ordenado el embargo y bloqueo de sus cuentas para evitar riesgo de fuga y que obstaculicen la investigación. El juez ha levantado el secreto de las actuaciones y ha llamado a declarar a otras 11 personas, entre las que se encuentra el dueño de la empresa a la que la Federación compraba la ropa deportiva y miembros de la Mutualidad de previsión social de futbolistas que Villar usó para desviar unos 500.000 euros.