El Ejecutivo teme que Atlantia suba los peajes y la entidad que España pierda grandes empresasLa operación con Atlantia queda prácticamente en el aire por temor a un alza de peajes españolesEl Gobierno y La Caixa apoyan una solución española para Abertis. El Ejecutivo y la entidad financiera ven con buenos ojos los movimientos que se están produciendo en el sector de las infraestructuras para tratar de armar una contraoferta española que tapone la llegada de la italiana Atlantia y de hecho han dado señales de su buena disposición. "Estamos viendo cómo se desarrolla el procedimiento y a la espera de que los anuncios se traduzcan en hechos", indicó el ministro portavoz, Iñigo Méndez de Vigo, mientras que fuentes de la entidad financiera explicaron a elEconomista que España no puede prescindir de grandes empresas como la concesionaria de autopistas o Cellnex, y que si se mejora la oferta por Abertis están lógicamente abiertos a estudiar las posibles propuestas. La entidad mantiene silencio sobre la opa no solicitada de Atlantia, pero está prácticamente descartada. En este nuevo escenario cobra valor el interés mostrado por dos grupos españoles, ACS bajo la batuta de Florentino Pérez, o Globalvía, ligado a FCC. Ambas operaciones se encuentran "verdes", según fuentes del sector y a la búsqueda de fondos de capital riesgo que las acompañen para minorar el impacto en su endeudamiento. Como se sabe, una tercera opción, que implicaba al grupo estatal Aena, fue descartada por el Gobierno la semana pasada. El ministro de Economía, Luis de Guindos, explicó que "la nacionalidad del accionariado" de una empresa "no es lo más importante", pero las reticencias del Ejecutivo surgen principalmente por la experiencia de Endesa con Enel. Fuentes oficiales se lamentan de que la compañía eléctrica haya incrementado a lo largo de los últimos años su endeudamiento, al tiempo que amplía los plazos de amortización de sus activos y reparte el 100 por cien del beneficio en dividendos, lo que permite al Tesoro italiano ingresar casi 420 millones anuales. El Ejecutivo español teme ahora que una operación similar pudiera acabar con un incremento del precio de los peajes en España, para evitar una subida de los cobrados en Italia en las autopistas de Atlantia. La situación de Endesa ha provocado en los últimos meses más de un rifirrafe entre el ministro de Energía, Álvaro Nadal, y la eléctrica por su nivel de inversiones en nuestro país, lo que abrió la posibilidad de un pacto entre caballeros basado en facilitar una oferta de Gas Natural sobre Endesa, a cambio de permitir la operación de Atlantia sobre Abertis. Pero esta operación también genera el rechazo del Gobierno porque obligaría a poner en venta Cellnex, que pasaría a manos extranjeras. De esta manera, dos multinacionales españolas, Abertis y Cellnex, podrían perder el sello español. El consejero delegado de Enel, Francesco Starace, rechazó en reiteradas ocasiones la venta de Endesa ya que los precios barajados se encontraban muy por debajo de sus expectativas, a lo que además se sumaba los problemas para valorar los activos con el futuro de muchos de ellos en el aire, veáse el caso de las nucleares, el carbón o los ciclos combinados. Movimientos del sector A medida que Atlantia va superando fases en las diversas autoridades de competencia, comenzaron a conocerse los movimientos del sector. JP Morgan Asset Managment y Globalvia iniciaron el análisis de una posible operación de compra, que por el momento no ha cuajado. Aena y el fondo TCI plantearon también esta posible operación como una solución española e incluso lo llevaron esta misma semana ante el primer accionista de la compañía -Enaire- que ratificó su rechazo. El Ejecutivo tenía claro que la operación a través del gestor aeroportuario español generaba muchas dudas. Por un lado, si la oferta se materializaba mediante una ampliación de capital se requería un cambio legislativo, un extremo prácticamente imposible de lograr a tenor de la oposición de diferentes partidos como PSOE, Ciudadanos y Podemos a las privatizaciones. Si la operación se realizaba con deuda de Aena se volvía todavía más difícil de justificar, ya que suponía elevar el apalancamiento del gestor aeroportuario por encima de los 21.000 millones al tiempo que se nacionalizaba Abertis, un extremo radicalmente opuesto a las políticas del Gobierno y muy complicado de justificar en los países en los que la compañía tiene presencia. La operación además supondría un cambio de objeto social de Aena y de estrategia de crecimiento. Una vez desechada esta opción, se desveló el intento de ACS que estudia una contraoferta por el grupo de infraestructuras. Lazard lleva más de un mes tratando de encontrar un inversor que acompañe a la constructora en este posible asalto a Abertis y pese a que ha tanteado a algunos fondos, sigue sin lograr armar un consorcio. Este próximo jueves se reunirá el consejo de la constructora de Florentino Pérez para aprobar las cuentas semestrales, pero también podría incluirse en el orden del día el avance de esta posible operación corporativa o resolver las dudas que puedan planterarse al resto de miembros del consejo que no hubiesen tenido acceso a esta operación.