El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, culpó ayer a su antecesor en el cargo entre el año 2000 y 2006, Jaime Caruana, de no haber pinchado a tiempo la burbuja inmobiliaria y frenado el crecimiento de la concesión de créditos y el excesivo endeudamiento de las familias. Linde realizó estas declaraciones dentro de la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre el rescate financiero y la crisis económica. El gobernador explicó el contenido del informe realizado por el organismo que encabeza y señaló que la crisis económica de 2008 fue una consecuencia de los errores acumulados en los años previos. Linde señaló que entre 2001 y 2007 el crédito al sector privado aumentó un 221 por ciento, especialmente en el sector inmobiliario, que registró un crecimiento del 250 por ciento en el crédito para la adquisición de la vivienda y del 513 por ciento, en el caso del crédito a las empresas de construcción y servicios inmobiliarios. Durante ese mismo periodo se construyeron una media de 570.000 nuevas viviendas al año, y el precio de la vivienda se multiplicó por dos en términos reales. De este modo, el informe concluye que el Banco de España ni adoptó medidas que hubieran podido frenar el gran aumento del crédito al sector privado registrado entre 2001 y 2007, en especial en los sectores de construcción, promoción inmobiliaria y crédito hipotecario para la adquisición de viviendas. Además, y respecto al boom inmobiliario, el gobernador también señaló "errores de apreciación" en cuanto a cómo podrían corregirse los desequilibrios acumulados con la burbuja, especialmente, los desequilibrios en los balances bancarios. Lenta actuación El Banco de España reflexiona además en su informe que el intento de minimizar a corto plazo el coste de la resolución al de crisis bancaria para los presupuestos públicos mediante un enfoque gradual y suave, afrontando la situación a la par que aparecían los problemas, ha podido conllevar a un mayor desembolso de dinero público que si se hubiera actuado desde el inicio de la crisis de un modo más "agresivo y contundente". A pesar de esta apreciación, Linde quiso ser cauto y mantuvo en un interrogante sin respuesta lo que hubiera pasado si se hubiera actuado antes. Por otro lado, y en lo que respecta a las cajas de ahorros, el Banco de España también reconoció el fracaso de los Sistemas Institucionales de Protección (SIPs) que fueron insuficientes para resolver los problemas de solvencia y gobernanza de la mayoría de las cajas. "Tampoco dieron buen resultado algunas innovaciones como las cuotas participativas con derecho a voto, con las que se intentó paliar las dificultades de las cajas para obtener recursos equiparables a capital", reconoció.