Los ministros de Economía activan un plan para reducir los activos tóxicosLos créditos morosos son las termitas del sistema bancario. Presionados por la baja rentabilidad actual y el desafío que representan las compañías tecnológicas, los bancos europeos arrastran una pesada losa de un billón de euros en activos dudosos que les impide respirar. En una decena de países, entre los que ya no se encuentra España, su volumen supera el 10 por ciento de su PIB. Para digerir esta gran bola y evitar que se vuelva a formar, y despejar así las dudas que todavía penden sobre el sistema financiero europeo, los Estados miembros adoptaron ayer un plan de acción con 14 puntos para créditos morosos. El documento, adoptado por los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin), incluye acciones en todos los frentes para reducir los niveles actuales y mantenerlos bajo control. Plantea medidas para la supervisión, revisión de las leyes de insolvencia nacionales, creación de un mercado secundario para estos créditos dudosos en Europa, y un impulso a la reestructuración de las entidades para reducir los niveles actuales. Una de las propuestas más discutidas por los estados miembros, que al final quedó incluida en el plan de acción, fue el requerimiento adicional automático de las provisiones de las entidades, después de un cierto periodo de tiempo -sin determinar aún, para cubrir aquellos créditos que entren en la zona de riesgo. La Comisión Europea estudiará la propuesta, que ya se aplica de manera similar en EEUU, tras lograr el consenso de los países al establecerse que aplicará a los nuevos préstamos morosos que se generen. Sin embargo, los gobiernos no han dado el visto bueno a ideas más revolucionarias como la creación de un banco malo comunitario europeo para limpiar las cuentas de las entidades europeas. Esta opción, defendida por el responsable de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), Andrea Enria, fue torpedeada por los ministros de Finanzas de la UE en su reunión informal en La Valetta (Malta) el pasado abril. El plan de acción sí recoge la sugerencia de la Comisión Europea de crear un mercado secundario para activos morosos, que la propia institución deberá desarrollar de aquí a 2018. Antes, para finales de este año, los países piden al Ejecutivo comunitario que proponga una serie de criterios que sirvan a aquellos países que quieran crear un banco malo, como ya han hecho España, Irlanda o Eslovenia. La Comisión deberá indicar qué activos podrían ser incluidos, límites a su volumen, las estructuras de capital apropiadas para estos bancos malos, su gobernanza, además de su diseño para que se ajuste a las normas europeas sobre ayudas de Estado y resolución bancaria. Fuentes europeas otorgaron particular importancia al aumento de la transparencia para mejorar la supervisión y control de estos créditos morosos. Por eso, el Consejo Ecofin solicitó a la EBA que refuerce antes de finales del próximo año los requerimientos para la divulgación de la calidad de los activos y los créditos dudosos.