Hochtief negocia los últimos flecos con la constructora para adquirir el aeródromomadrid. Arranca el espectáculo. Ferrovial ha dado el pistoletazo de salida a la lluvia de ventas que prevé llevar a cabo para financiar la faraónica compra del gigante BAA, la mayor compañía de aeropuertos del mundo. El pasado junio, la constructora española aterrizó en la británica con el objetivo de controlar sus principales aeródromos y, sobre todo, la joya de la corona: el londinense Heathrow. Un ambicioso reto que le obligó a desembolsar 17.000 millones de euros.Para financiar esta operación, el grupo presidido por Rafael del Pino se desprenderá de varios activos, entre los que figuran algunos aeropuertos de BAA. Y Budapest será el primero en caer.Ferrovial negocia los últimos flecos con la alemana Hotchief para venderle el aeródromo. La noticia, que adelantó el rotativo británico Daily Telegraph, fue confirmada a elEconomista por fuentes cercanas a la operación. No obstante, este acuerdo necesita el visto bueno del Gobierno húngaro, que el pasado diciembre vendió a BAA el 75 por ciento del aeródromo, para gestionarlo durante 75 años.Entonces, el gigante británico se comprometió a invertir 390 millones de euros en mejorar las infraestructuras hasta 2011. Acuerdo que deberá asumir Hotchief si sus negociaciones con Ferrovial llegan a buen puerto.Fuente de dineroHace un año, la constructora alemana pujó hasta el final por Budapest. Pero el elevado precio que terminó pagando BAA dejó fuera de juego al resto de rivales: 1.820 millones de euros. La española Abertis y el alemán Fraport también se interesaron por este aeródromo.Para conseguir sanear sus cuentas, Ferrovial deberá vender ahora Budapest por un precio superior al que pagó BAA. Daily Telegraph apunta a que esta cifra puede rondar los 1.900 millones de euros. Con esta cifra, el grupo español conseguiría sanear un 11 por ciento de los 17.000 millones que ha necesitado para adquirir todas las acciones, convertibles y opciones de BAA.De esta cantidad, Ferrovial ha hecho frente al 60 por ciento. El resto lo han cubierto sus socios en la operación, Caisse de Dépot du Quebec y la sociedad de inversión del Gobierno de Singapur, GIC.Además, Ferrovial ha sellado un acuerdo con Macquarie para venderle el 20,9 por ciento que posee en el aeropuerto de Sydney y el 50 por ciento de Bristol. Con estas dos operaciones, la constructora ingresará otros 754 millones de euros, que le permitirá hacer frente a casi otro 5 por ciento de la adquisición de BAA.Pero Ferrovial tiene todavía muchos recursos para hacer caja. La constructora analiza la venta de cualquier activo no regulado del grupo de aeropuertos, ya que se comprometió con el Gobierno de Tony Blair a mantenerlos. Este compromiso alcanza a Heathrow, Gatwick, Stansted, Southampton, Aberdeen, Edimburgo y Glasgow.No obstante, Ferrovial es libre para vender el aeropuerto de Nápoles, los seis aeródromos que posee en Australia y las participaciones que tiene en Boston, Baltimore, Indianápolis y Pittsburg. Además, las autoridades británicas de Competencia están revisando el elevado peso de BAA en el mercado nacional. Si determinan que opera en situación de monopolio, Ferrovial debería desprenderse de algún activo regulado. Donde mayor riesgo corre es en Escocia, donde controla más del 80 por ciento del tráfico.