El Gobierno de Pérez Touriño quiere evitar a toda costa que la empresa caiga en manos de la tailandesa Thai UnionMADRID. Galicia sigue los pasos de Italia. Si el país transalpino no está dispuesto a permitir que las empresas extranjeras tomen el mando de su economía, la Xunta no quiere ser menos. El Gobierno que preside Emilio Pérez Touriño lanzará su artillería para que Conservas Calvo siga siendo gallega y no caiga, por ejemplo, en manos del gigante tailandés Thai Union. Touriño ha reconocido públicamente que "se incentivará la articulación de una nueva empresa gallega" y Bernardo Alfageme, empresa propietaria de Miau, no ha dudado en pedir ayudas para hacerse con su rival.Pero ¿cómo se articularía el apoyo gubernamental?. "Hay varias fórmulas a través del Igape, el Instituto Gallego de Promoción Económica, o de Gesgalicia, la sociedad de inversión de la Xunta", explican fuentes del Ejecutivo autonómico. Si interviniera el Igape se concederían ayudas para un determinado proyecto de inversión, nunca para la compra. En este caso, tendría que intervenir Gesgalicia, que tomaría una participación en la compañía para garantizar su capital gallego.Según la Xunta, "se trata de una línea prioritaria de trabajo para la creación de un gran grupo gallego, pero el proceso acaba de comenzar y todavía hay que estudiar todos los detalles". Alfageme no ha sido, además, la única que ha contactado con la Xunta para explicarles el proyecto. Varias firmas de capital riesgo -3i, Advent, Apax, Permira y CVC- son algunas de las sociedades interesadas también en la compra y algunas de ellas podrían haber contactado ya con el Gobierno de Pérez Touriño. Lo que la Xunta quiere evitar a toda costa es que Calvo caiga en manos de del gigante tailandés Thai Union. Tal y como adelantó ayer elEconomista, esta compañía, el mayor grupo conservero del mundo, está estudiando la presentación de una oferta por Calvo. El problema es que si comprara la empresa, el grupo tailandés podría desmantelar sus instalaciones industriales en Carballo y Esteiro, ambas en la provincia de La Coruña. Su idea sería trasladar la producción a Asia y mantener en España tan sólo almacenes de distribución logística.El intermediarioLa familia Calvo ha encargado la venta de la compañía al banco de negocios Nmás1, que todavía no ha distribuido el cuaderno de venta entre los posibles interesados. Una de las primeras cosas que tienen que saber es que el valor contable de las filiales extranjeras de Calvo -la empresa tiene presencia en Venezuela, El Salvador, Brasil e Italia, entre otros países- es superior al que aparece reflejado en las cuentas, según asegura Deloitte, la firma que se ha encargado de auditar los balances de la empresa.