Los trabajadores no aceptarán recortes de plantilla más allá de los ya anunciadosmadrid. El tiempo, más que correr, ahora vuela contra Delphi, el principal fabricante de componentes de automoción del mundo. Un año después de que la compañía se declarase en bancarrota las negociaciones con el principal sindicato, Union Auto Workers (UAW) para reducir la plantilla y el tamaño de la multinacional van demasiado despacio y esto parece haber agotado la paciencia de los trabajadores. Ron Gettelfinger, presidente del UAW, asegura en declaraciones recogidas por la prensa local de Detroit que su sindicato no está dispuesto a aceptar más despidos en norteamérica, después de que a finales del mes pasado se supiera que siete de cada diez empleados han accedido a abandonar la compañía a través de diversos planes e incentivos. Según las cifras que publica el periódico Detroit News, hasta la fecha unos 14.000 empleados de un total de 27.000 afiliados que tiene el UAW en Delphi abandonarán la compañía voluntariamente.El plan de recortes, que contempla el cierre de 21 de sus 29 fábricas y la reducción del 66 por ciento de la plantilla, plantea además la cancelación del actual convenio colectivo, algo por lo que el sindicato mayoritario no está dispuesto a pasar por lo que, de llevarse a cabo, el sindicato amenaza con una posible huelga. Esta medida afectaría sobre todo a su principal cliente, General Motors, con el cual se encuentra en fase de renegociación de contratos de suministro de piezas.Informaciones de prensa aparecidas hoy señalan que Delphi está próxima a llegar a un acuerdo con su antigua empresa matriz, General Motors, y otros acreedores para subsidiar los salarios de los trabajadores del fabricante y prolongar los contratos en vigor.