El BCE dice que corresponde a España ver si se utilizó información privilegiada El camino que llevó hasta la intervención en Banco Popular, y las últimas horas antes de ser absorbido por Santander, han dejado un reguero de sombras, traspiés y errores que desmontan gradualmente la etiqueta de "éxito" que intentaron colocar desde Bruselas y Madrid a la resolución de la entidad. La última en azuzar el asunto fue nada menos que la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión, Danièle Nouy. Invitó a las autoridades españolas a que investigaran si los depositantes públicos que volaron del banco en apuros en los últimos días utilizaron información privilegiada. En una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, Nouy fue preguntada por eurodiputados españoles sobre la retirada masiva de depósitos por parte de ayuntamientos, comunidades autónomas y la Seguridad Social. Indicó que no tiene poderes de policía para investigar estos movimientos. "No está en mis poderes, no me puedo involucrar, pero existe margen ciertamente para que la Justicia española investigue esos movimientos, para ver si algunas personas usaron información privilegiada para procurar protegerse mejor que los pequeños depositantes", sentenció la francesa. Críticas a la intervención El organismo que preside Nouy jugó un papel fundamental en el desenlace del Popular. Fue el supervisor único, empotrado en el BCE, el que declaró que la institución era "fallida o probablemente fallaría". A partir de ahí se ató la transferencia al Santander y la participación forzosa de accionistas y bonistas para tapar agujeros. La francesa tuvo que hacer frente a las críticas de los eurodiputados sobre la intervención de una entidad vista como solvente por las autoridades comunitarias (según las pruebas de resistencia y de calidad de sus activos) y por el Gobierno español. Y también fue cuestionada por el hecho de que el Popular quedara sin liquidez de emergencia en medio de la semana cuando se trataba de un banco que llevaba tiempo en el radar del supervisor único europeo y del Banco de España. Nouy se limitó a seguir la estela de la Junta Única de Resolución, que capitaneó la intervención, la Comisión Europea y el Eurogrupo para describir el desmantelamiento de la autonomía del Popular como un "éxito". "Modestamente, porque comentarlo no es un placer, hemos superado el examen", señaló al referirse a la primera resolución en Europa bajo la nueva unión bancaria. Se defendió argumentando que no había otras alternativas a la repentina intervención que realizaron el supervisor y la junta única hace un par de semanas, para garantizar que las sucursales abrían al día siguiente. Respecto al asunto de la liquidez, apuntó que es "el último síntoma de la enfermedad", ya que si el banco se pone a la venta, "los problemas son estructurales". Liquidez de emergencia La desconexión del Popular de la liquidez de emergencia representa el flanco débil en la narrativa de éxito, por los fallos en la supervisión y la repentina intervención. El Gobierno español y fuentes comunitarias coinciden en que se quedó sin colateral para solicitar más. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya señaló la semana pasada que la caída del Popular prueba que hay asuntos que mejorar en la resolución de entidades, como la posibilidad de permitir que la resolución europea incorpore un instrumento de liquidez de emergencia para controlar las caídas.