Eduardo Bautista, el presidente de la entidad de gestión, defiende la tasamadrid. "El canon digital es agua pasada y ya no hay quien lo arregle. Se paga y ya está. Y a quien no le guste, que se aguante. Yo también pago cosas que no me gustan". El presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Eduardo Bautista, fue ayer contundente cuando se le preguntó durante una conferencia en Madrid sobre el hecho de que la Audiencia Provincial de Barcelona haya dudado sobre la validez de la tasa, presentando además una cuestión prejudicial para que se pronuncie al respecto el Tribunal de Justicia de Luxemburgo. Fue un desafío en toda regla a los tribunales, dejando claro quién es el que manda. "El canon digital no se puede cuestionar. Es un derecho social, una remuneración justa", aseguró. El problema es que, tal y como adelantó elEconomista el pasado 23 de septiembre, la Audiencia defiende que las empresas, entidades públicas y despachos profesionales no deben pagar el canon digital tal y como está establecido e insiste en que al imponerlo a todos los artículos electrónicos, sin distinguir si estos se van a utilizar o no para realizar una copia privada, se podría estar infringiendo la normativa comunitaria. La decisión final corresponde ahora a Luxemburgo, pero hay que recordar que la Comisión Europea ya ha cuestionado en más de una ocasión la tasa aprobada en España. La doctrina europea Charles Mc Creevy, comisario de mercado interior, examinó en septiembre de 2007 en el Parlamento Europeo los distintos sistemas de compensación, asegurando, por ejemplo, que, en el caso español, "se gravan con cánones muchos productos que pueden utilizarse para realizar copias privadas, pero que sirven también para otro tipo de fines". Durante la jornada de ayer, organizada por el Foro Nueva Economía, Bautista negó además que la SGAE se haya convertido en una máquina de hacer dinero. Aunque la entidad que gestiona los derechos de autor ingresó el año pasado un total de 380 millones de euros, Bautista insistió en que hay otras entidades europeas que recaudan mu- cho más. Según dijo, "la sociedad francesa ingresó el año pasado 900 millones de euros, la alemana 1.100 millones y la británica 1.300 millones. La SGAE es, en todo caso, una maquinita". En esa misma línea, insistió también en que "España debe jugar la Champions League de la cultura, porque hoy por hoy todavía no tiene una marca y nos falta peso en el panorama internacional". De acuerdo con sus datos, España invierte en cultura sólo el 0,51 por ciento del PIB, frente al 0,6 por ciento que se destina en Reino Unido y el 0,73 por ciento de Francia. Cree que los derechos de autor no sólo "deben formar parte de la política cultura", sino que además "la propiedad intelectual, que crea riqueza, genera empleo y es ecológica, debe ser defendida por el Estado con las mismas armas que la propiedad privada". Bautista recordó así que "la industria cultural debe encontrar un modelo tecnológico que merme los efectos de la piratería, primero física y luego digital a través de los sistemas de intercambio de archivos". Lo que el presidente de la SGAE no comentó en ningún momento es que la Comisión Nacional de la Competencia, que ha multado ya en varias ocasiones a las entidades de gestión por un abuso de posición dominante, está elaborando un informe precisamente sobre los derechos de autor para saber si se podría estar vulnerando la ley. Bautista rechazó, por otro lado, la denuncia de uno de sus socios, Luis Cobo, que aseguró que han desaparecido 60 millones del Montepío de los autores. "Es falso. No hay ningún problema y la transparencia es total", recalcó.