Jeff Immelt, consejero delegado General Electric, se jubilará de su puesto el próximo 1 de agosto cuando pasará el testigo a John Flannery, quien hasta ahora a dirigido la unidad de salud del conglomerado. Immelt continuará su periplo como presidente del Consejo de Administración hasta finales de año. La salida de Immelt marca el fin de una era en la que la empresa adelgazó parte de sus operaciones para centrarse en sus actividades industriales. Immelt tomó las riendas del mítico Jack Welch en 2001 y fue el encargado de lidiar con la crisis financiera que golpeó de lleno a GE, que además de fabricar motores para aviones, turbinas y locomotoras, entre otros negocios, por aquel entonces contaba con una importante presencia en el sector financiero de la mano de GE Capital. El todavía capitán de la compañía fue el encargado de orquestar la venta de este y otros activos por valor de un total de 260.000 millones de dólares (231.970 millones de euros) desde 2015, en un esfuerzo por centrar la atención del conglomerado y fomentar el valor de los inversores. Sin embargo, las acciones de GE no han conseguido generar la misma rentabilidad que otros competidores durante el mandato de Immelt, de ahí que la noticia de su retiro fuera recibida con subidas de hasta un 3,6% para los títulos de la compañía. Desde que Immelt se convirtió en consejero delegado, las acciones han perdido un 29% mientras que el índice S&P 500 ha más que duplicado su valor. La elección de Flannery para sustituirle pone fin al plan de sucesión en marcha durante los últimos seis años. El actual presidente y consejero delegado de GE Healthcare, se unió a GE Capital hace tres décadas.