Las aguas bajaron más calmadas de lo que podía presagiarse. Manuel Manrique, presidente de Sacyr, se anticipó a cualquier conato de discusión cuando en la reunión del consejo del jueves, previa a la junta de accionistas, planteó un periodo de reflexión para analizar la reordenación del máximo órgano de gobierno y adaptarlo a la nueva estructura accionarial del grupo. En ésta, el propio Manrique es protagonista, pues en diciembre redujo su participación de poco más del 5 por ciento al 1,8 por ciento. Pero más aún lo es el empresario murciano José Moreno Carretero, quien se ha erigido en el primer accionista individual con el 12,85 por ciento del capital. Manrique no dio pie a que Moreno Carretero demandara lo que considera suyo: más puestos en el consejo. Con ello, el ejecutivo andaluz templó gaitas y sortea, al menos por ahora, una lucha de poder interna. Al término de la junta, el propietario de la constructora Altec expresó su satisfacción por la decisión del presidente. Ya había advertido antes de que sus intenciones no se encaminaban a sustituir a Manrique, sino a ocupar los asientos que le corresponden, en proporción a los que tienen otros accionistas, como Disa, de Demetrio Carceller, o José Manuel Loureda. En el seno del consejo, sin embargo, hay quien observaba -y lo sigue haciendo- en la escalada de Moreno Carretero una maniobra para tratar de alcanzar la silla presidencial. De hecho, detrás de su ascensión temen que se halle la mano del expresidente Luis del Rivero, cuya salida ya hace casi seis años fue de todo menos amistosa. De ahí que expusieran, de puertas para adentro, su rechazo frontal a concederle más poder. Para justificar su oposición, algunos de los mayores accionistas de Sacyr apuntaron a la estructura de la participación de Moreno Carretero, quien a través de Beta Asociados controla el 12,85 por ciento de las acciones pero, en realidad, el grueso lo tiene ligado a contratos de derivados (al menos el 7,7 por ciento con Citibank). Preguntado por esta cuestión tras la junta, Manrique echó balones fuera, aunque admitió que será una de las cuestiones que se abordarán. Y a esto último hay quien liga la omisión de Manrique a Moreno Carretero cuando en la junta dio la bienvenida al grupo canario Lopesan, que ha tomado el 2,4 por ciento del capital. Una participación que supera a la del propio Manrique, pero por la que, de momento, no ha solicitado puesto en el consejo. De Moreno Carretero y su elevación como primer accionista -sin considerar la sindicación de Disa y Satocán-, ni pío. El presidente de Sacyr se esforzó en subrayar que todos los consejeros reman en la misma dirección y que de luchas de poder, nada de nada. También repitió que siente el respaldo pleno del consejo, como "en los últimos cinco años", insistió. Un lustro en el que Moreno Carretero no ha alzado la voz, al menos que haya trascendido. I ncluso ha alabado la "óptima" situación de la empresa. Habrá que esperar para ver si esa unidad se traduce en una remodelación del consejo de administración pacífica, en la que más allá del posible aumento de independientes, todos los accionistas de control se sientan suficientemente representados.