Amplía capital en 7.000 millones para tomar el banco que ha comprado por 1 euroEl Santander se hará cargo finalmente del Popular, por el que ha pagado un euro tras su rescate interno y saneamiento del balance. Eso sí, el grupo cántabro llevará a cabo una ampliación de capital de 7.000 millones en un mes para poder absorber todos los activos de la sexta entidad y mantener la solvencia en el objetivo, en el entorno del 11 por ciento. La operación, que es la primera que realiza Ana Botín como presidenta del Santander y, también la primera del banco durante la crisis en nuestro país, le permitirá volver a ser la mayor entidad financiera española, con una cuota en créditos de casi el 20 por ciento, del 19 por ciento en depósitos y del 25 por ciento en pymes, superando a CaixaBank y BBVA. El Santander ha acudido a la llamada del BCE del día de ayer para que presentara una oferta de adquisición, tal y como explicó la propia Ana Botín, una vez ejecutado el rescate interno en el Popular. "Era una oportunidad para seguir creciendo, también en Portugal", indicó la presidenta del grupo cántabro en una rueda de prensa en la que lanzó varios mensajes para tranquilizar a los trabajadores y clientes del banco hasta ayer liderado por Emilio Saracho. La ampliación de capital supondrá elevar entre un 8 y un 9 por ciento las acciones en circulación del Santander, operación en la que todos sus accionistas podrán acudir para no diluirse. Se ejecutará a finales de julio, pero desde ayer un equipo del banco ha tomado el control del Popular, que se mantendrá como filial un periodo de tiempo corto, ya que el objetivo es que se integre de manera total. Al frente de ese equipo están el director de la filial española, Rami Abhoukair, y el director financiero del grupo, José García Cantera, que preside el nuevo consejo de la entidad adquirida, tras la destitución en bloque del anterior órgano rector por parte de las autoridades tras la intervención. El nuevo consejo también está compuesto por Pedro Pablo Villasante, José Antonio González-Tejuca y los directivos del banco Javier García Carranza y José Doncel. El Santander confía en el crecimiento de la economía, la recuperación del sector inmobiliario y la esperada subida de los tipos de interés en los próximos años para rentabilizar la absorción. De hecho, según Botín, en sólo 18 meses espera vender el 50 por ciento de los activos improductivos del Popular, es decir, unos 18.400 millones y alcanzar un 13-14 por ciento de rentabilidad de la inversión en 2019, por encima del coste del capital y en el umbral bajo de lo que se exigía internamente para llevar a cabo una operación corporativa. Para el desagüe de los activos improductivos de la entidad adquirida, el Santander cuenta con la experiencia adquirida en los últimos años. Ha sido una de los bancos que más ha reducido el volumen de dudosos y carga inmobiliaria. Además, tomará estos activos con coberturas del 65 por ciento gracias a las provisiones que se realizarán con cargo al rescate interno, de 7.200 millones. Este nivel de dotaciones es superior a la del sector, que ronda el 52 por ciento y permitirá acelerar las desinversiones, ya que podrá recortar los precios. Este reto es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta. En los planes del Popular, que todos ellos han quedado en agua de borrajas, el objetivo más ambicioso era bajar los activos no rentables en unos 15.000 millones en tres años. Demandas Este desafío no es el único, ya que tendrá que gestionar las posibles demandas de inversores que lo han perdido todo. Botín reconoció que en la valoración se han tenido en cuenta este tipo de contingencias. El Santander también procederá, previsiblemente, a un ajuste de plantilla y oficinas. De momento mantendrá los trabajadores y las sucursales hasta realizar un análisis más detallado de absorción. Eso sí, espera obtener unos ahorros de costes en servicios centrales y gastos generales de 160 millones anuales y otros 130 millones en la red de distribución. A estas sinergias, espera lograr otras de 210 millones por la integración de sistemas operativos, hasta totalizar unos 500 millones. En principio destinará 1.300 millones a ajustes. Con ello, calcula rebajar la eficiencia del grupo resultante del 60 al 50 por ciento en 2020. Esta mejora y el aumento de progresivo de los beneficios que aporte la entidad adquirida servirá para que el banco pueda mantener sus objetivos, como el aumento paulatino del dividendo y el crecimiento a doble dígito del beneficio por acción. El Santander calcula que el Popular contribuirá con unas ganancias de 950 millones en 2020, un 66 por ciento más que en 2018, cuando la cifra se situará en 570 millones. Por último, en principio, el grupo cántabro no seguirá con el proceso de desinversión de filiales, como el estadounidense Totalbank, y cree que la ruptura de alianzas con socios, como con la aseguradora Allianz, no tendrá impacto.