El fiscal dice que los directivos trataron así de lograr beneficios Javier Muñoz, responsable de KPMG que auditó las cuentas de Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) durante los ejercicios 2010 y 2011, aseguró ayer durante su comparencia en el juicio que la cúpula de la entidad le ocultó información relativa a unos contratos de recompra de titulaciones. Muñoz explicó que al aparentar que se transferían los riesgos a los inversores se dieron de baja del balance de cuentas los activos y se liberaron las provisiones constituidas, lo que permitió generar resultados positivos. El fiscal Anticorrupción que lleva el caso, Luis Rodríguez Sol, señaló en uno de sus escritos que los directivos de la CAM utilizaron esta ocultación de información como mecanismo para incrementar de manera ficticia los beneficios de la caja. El Banco de España y KPMG descubrieron la existencia de dichos contratos de recompra en julio de 2011, fecha en la que el organismo supervisor intervino la entidad. A raíz de esto, la compañía auditora reexpresó las cuentas de 2010 al considerar que dichos contratos tenían un impacto relevante en los estados financieros de 160 millones de euros. Falta de provisiones Javier Muñoz también explicó durante su declaración en calidad de testigo en la quinta sesión de vista oral que acoge la Audiencia Nacional, que KPMG no revisó las cuentas del primer y segundo trimestre de 2011 hasta la entrada del Banco de España que les pidió una auditoría del primer semestre del ejercicio. El responsable de la auditoría se sorprendió entonces de que la caja valenciana solo hubiera provisionado 80 millones de euros en una situación marcada por la crisis económica y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La estimación que manejaba la firma auditora para la dotación de los seis primeros meses del año oscilaba en los mil millones de euros.