El BCE pide a España que reconsidere los cambios sobre el fondo de reserva de las cajasLa fundación bancaria BBK, antigua caja de ahorros vizcaína y que ahora controla el 57 por ciento del capital del banco vasco Kutxabank, tiene previsto crear un fondo, dotado con unos 100 millones de euros, para configurar una cartera de inversiones industriales que le permitan diversificar sus fuentes del ingresos. En la actualidad, la única vía de ingresos de la fundación son los dividendos de Kutxabank. La creación de este fondo, que la fundación denomina "Fondo de Estabilización" viene favorecida por la decisión del Gobierno español, adoptada formalmente el pasado viernes por el Consejo de Ministros, de flexibilizar las condiciones para la dotación del fondo de reserva por parte de las fundaciones bancarias que aún mantengan posiciones mayoritarias en el capital de los bancos surgidos de la transformación de las antiguas cajas de ahorros. El Ejecutivo ha decidido ampliar de cinco a ocho años (con posibilidad de uno más) el periodo en el cual han de dotarse económicamente dichos fondos. Además, también permite rebajar del 50 por ciento al 30 por ciento el porcentaje de los dividendos de los bancos en cuestión que han de ser destinados cada año a dotar los fondos de reserva. De esta forma, el periodo de constitución del fondo de reserva se extiende hasta 2024. Esta relajación de condiciones sobre las fundaciones bancarias, que afectan a a Kutxabank, Unicaja e Ibercaja, no le ha gustado al Banco Central Europeo (BCE), que ha pedido al Gobierno que "reconsidere" la modificación Kutxabank En el caso de la fundación bancaria BBK, está obligada a poner un fondo de reserva de 235 millones de euros. Hasta diciembre de 2016 había dotado con 57 millones, por lo que le quedan de aportar otros 178 millones. La relajación de las exigencias de aportación es lo que permite ahora a la fundación BBK, según explicó su presidente, Xabier Sagredo, disponer de más recursos para invertir y generar nuevos ingresos diversificados respecto del banco, para asegurar después el presupuesto para hacer frente a la Obra Social de la fundación. Así, se creará ese Fondo de Estabilización, que se dotará con 100 millones en cinco años, que a su vez tomará participaciones en empresas industriales vascas, aunque también en otro tipo de activos que aporten rentabilidad. La creación de este fondo de estabilización llega en un momento en que Kutxabank se está desprendiendo de sus participaciones industriales, vendiéndolas en el mercado o a sus fundaciones accionistas, como hizo el año pasado con su participación en CAF, en que una parte la vendió a la fundación Kutxa. Sagredo quiere que las inversiones del nuevo fondo sirvan, además, para dinamizar el tejido económico vizcaíno.