La cotización cae un 3,2% y pierde los 3.000 millones de capitalizaciónLas irrupción de Bankia en el proceso abierto por el Popular para resolver sus problemas con una fusión despierta suspicacias de intervención pública que Luis de Guindos trató ayer de zanjar. "A pesar de que el Frob, es decir, el Gobierno, tiene el 65 por ciento de Bankia y BMN no hemos interferido nunca en ninguna decisión de negocio y eso continuará así", defendió el ministro de Economía, Industria y Competitividad en declaraciones recogidas por Ep a su llegada a la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo). El ministro argumentó que el Popular, "al igual que invitó a otros bancos a analizar sus cuentas, también invitó a Bankia". "Y Bankia -aseguró- es completamente autónoma desde el punto de vista de la toma de sus decisiones". Los recelos surgen cuando el propio ministro sorprendió la semana pasada desvelando que Bankia miraría el balance del Popular, entidad por la que, al parecer, solo presentaron muestras de interés el banco semipúblico y el Santander. BBVA, CaixaBank y Sabadell también escrutaron los números, sin que haya transcendido la formulación de oferta alguna en sus casos, aunque dicha propuesta no les hubiese obligado a nada por ser no vinculante. El banco presidido por Francisco González, que era el gran favorito después de que el pasado año ya contactase con el Popular, no ha despejado si presentó o no oferta, mientras en el mercado especula con que su interés decayó al negarse el Gobierno a establecer una protección frente a eventuales demandas judiciales relacionadas con la ampliación de capital efectuada hace ahora un año por el Popular. CaixaBank se encuentra a su vez centrada en el luso BPI y el interés del Sabadell es concluir la integración de su filial británica TSB. Sin red de ayudas El atípico proceso, donde las entidades han podido escrutar datos muy sensibles del banco dirigido por Emilio Saracho y de los problemáticos activos dañados para efectuar una valoración sin que se abriese una due dilligence propiamente dicha, no impide, sin embargo, el reenganche de alguna entidad en casi cualquier momento. Si bien Guindos ha descartado en numerosas ocasiones la inyección de ayudas, el interés en participar se animaría en caso de articularse algún sistema que protegiese al comprador de eventuales quebrantos por la ampliación de hace un año. El Popular captó entonces 2.500 millones y se expone a demandas por la reformulación posterior de las cuentas de 2016 y anteriores. En este contexto, la participación de Bankia se interpreta casi como una garantía de que habrá fusión y de que actuaría de red en ausencia de otros postores. Que se interesase por el Popular sorprendió, porque aún debe resolver la integración de BMN y, aunque a finales de junio expira el impedimento a realizar operaciones corporativas impuesto por Bruselas, se la presumía centrada en dicha absorción. En su favor, figura que disfruta de uno de los mayores colchones de solvencia del sector, carece de exposición a activos tóxicos -es el talón de Aquiles del Popular, con 37.000 millones de euros- y que ganaría mercado en regiones donde apenas está presente, además de la privilegiada posición del Popular en pymes.