El Santander vuelve a encargar a Citi que analice la fusión con el banco de SarachoEn el carrusel bursátil en el que se han subido las acciones de Popular, ayer tocó una espectacular subida del 9,94 por ciento, que hizo recuperar al banco unos 270 millones de capitalización en la sesión, para superar de nuevo los 3.000 millones de euros de valor total. Las razones de esta contundente alza, más allá de los vaivenes a los que está sometida la cotización, se pueden encontrar en la convicción del mercado en que la macroampliación del Popular tiene escasísimas posibilidades de llevarse a cabo. De no ser así, la cotización caería ante la proyección de una dilución por la emisión de nuevos títulos y el posible descuento, factores que alentarían las posiciones cortas, que a su vez, como una espiral, ahondaría en las caídas. El interés de dos entidades por participar en el proceso de venta del banco, proceso incompatible en principio con apelar al mercado, sustentaron ayer las alzas. La noticia de que el Santander había contratado al Citi para asesorarle ante una eventual absorción de la entidad de Saracho, hace especular que su interés por la operación no es tan limitado como en un principio se valoraba. Citi ya realizó una labor similar hace unos meses, cuando calculó cuáles serían los beneficios y costes para el Santander de realizar semejante operación. Sin embargo, según fuentes del mercado, el interés de la entidad que preside Ana Botín decayó con las conclusiones que el banco norteamericano le hizo llegar hace unos meses. Bankia, la otra entidad que presentó una oferta no vinculante esta semana, sube las posibilidades de que la fusión llegue a buen puerto. Su colchón de solvencia, la retirada de la restricción para comprar bancos dentro de apenas un mes, y el interés de Economía en que el banco nacionalizado participe en este proceso, hace prever a parte del sector que actuará de red en el caso de que falten postores. El gran favorito antes de llegar la fecha tope para mostrar las primeras cartas era BBVA. Aunque ni niega ni afirma si estudia la operación, fuentes del mercado aseguran que no ha presentado oferta si bien se reserva reengancharse al proceso en un momento posterior. El interés de estos tres pretendientes se elevaría si se cubriera el riesgo de demandas por la última ampliación de capital, cuya contingencia máxima es de 2.500 millones, el importe de la operación. El ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó el jueves que "no tiene previsto" la concesión de ayuda alguna. El Popular, tras la tormenta de los últimos días, es consciente de que cada vez tiene menos tiempo para apuntalar una solución. Otra prueba en ese sentido fue ayer la rebaja de calificación de Fitch, la segunda en apenas tres meses, y que ya la semana pasada había advertido que era inevitable conseguir más capital y que la venta de activos resultaría insuficiente. La nota cae hasta B, con perspectiva negativa, su peor calificación histórica y también la peor de toda la banca española. Fitch asegura que la solución urge, ya que la posibilidad de deterioro aumenta con el paso del tiempo. DBRS también degradó su nota dos veces este año y S&P, en una ocasión.