Gana 1.199 millones, un 69% más, tras batir México y Turquía las expectativasEl consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, consideró ayer que, aunque todavía no se puede afirmar que el problema de los activos adjudicados esté resuelto, la mejora del mercado hace prever que en tres años estos activos empezarán a sumar al beneficio del grupo. El número dos de la entidad destacó que la exposición inmobiliaria del grupo se redujo un 5 por ciento en los últimos tres meses, hasta 21.004 millones de euros. El banquero recordó que desde el pico de la crisis, se han reducido a más de la mitad estos activos improductivos. La actividad inmobiliaria de BBVA generó unas pérdidas de 109 millones de euros, lo que supone una ligera reducción del 3,8 por ciento sobre los 113 millones registrados en marzo de 2016. El banco ha querido aprovechar el mayor dinamismo del mercado para acelerar la venta de inmuebles, si bien varias operaciones realizadas a mayoristas le han generado "pérdidas relevantes", según admitió Torres. Destacan una de inmuebles de alquiler al sector terciario por un valor bruto de 300 millones, otra de 3.400 pisos residenciales por 362 millones, y un traspaso de 1.500 viviendas de alquiler a Testa Residencial. Al sumar las pérdidas de esta filial a la actividad bancaria en España , BBVA obtiene un resultado de 266 millones en nuestro país, lo que más que duplica los 130 millones del primer trimestre de 2016. Estos números, sin embargo, no se deben a una mayor actividad del negocio tradicional, sino a la operativa en mercados, al control de gastos y a las menores provisiones. Operaciones financieras Así, el resultado por operaciones financieras (ROF), que hasta marzo de 2016 suponían el 31,68 por ciento del beneficio al sumar 77 millones, en el mismo periodo de este año representa el 60 por ciento, tras triplicar la cuantía. Torres afirmó que este tipo de operaciones también forman parte del negocio y que cuanto más activo se es en esta partida más sufre el margen de intereses. En el caso de España, este margen también se ve penalizado por el recorte de la actividad crediticia y los bajos tipos de interés. El consejero delegado confía en que este año la cartera de préstamos deje de caer, tras acusar en estos meses una menor demanda de grandes empresas y hipotecas. El banco ha materializado durante los primeros tres meses el cierre programado de 130 sucursales en España, a las que se sumarán otras tantas antes de que acabe el año. Las bajas de personal, en solo tres meses, han menguado en un 2,1 por ciento la plantilla, tras desligarse del banco 658 personas. A pesar de que las cifras son significativas, Torres negó que la entidad tenga entre sus planes acometer un ERE, pero advirtió que la eficiencia es una prioridad para el grupo. Preguntado por un eventual interés por el Popular, el directivo afirmó que analizará cualquier operación que se presente, si bien afirmó estar centrado en el crecimiento orgánico. Sobre posibles concentraciones en el sector, Torres explicó que no son tan evidentes como en el pasado, si bien hay entidades en proceso de consolidación y otras que han buscado comprador. BBVA estuvo en conversaciones el otoño pasado para absorber el banco que por entonces presidía Ángel Ron. Los beneficios de España ayudaron al grupo a presentar una mejora de sus ganancias en el primer trimestre del 69 por ciento, hasta los 1.199 millones, aunque no fueron determinantes. Los motores del banco siguen siendo México y Turquía, cuya evolución ha sido mejor de lo esperado por las incertidumbres políticas y económicas que viven ambos mercados. Torres, además, recordó que recientemente el servicio de estudios de BBVA ha incrementando el crecimiento económico de ambos países, por lo que se prevé una mayor contribución de las dos filiales a lo largo de este ejercicio. Las cuentas del grupo también recogen una plusvalía neta de 204 millones por la venta de su participación en su antiguo socio chino, Citic Bank, además de otros beneficios extraordinarios por la cartera de deuda soberana.