BNP Paribas estrenó hace unos meses su nueva sede corporativa en España, con 20.000 metros cuadrados que alquiló a Torre Rioja. La entidad, con ello, gana en eficiencia operativa al ahorrar costes y poner en marcha una nueva dinámica de trabajo impulsando la digitalización y un cambio de cultura. Además, según su máximo responsable, Ramiro Mato, el edificio sirve para acoger el aumento de la plantilla que está experimentando el banco en nuestro país gracias a las mayores competencias de la filial dentro del grupo francés. ¿Qué objetivos persigue el banco con el cambio de sede? En primer lugar, potenciar la venta cruzada de muchos de nuestros clientes. Cuando estás en edificios con plantas amplias, los trabajadores hablan más a menudo y puedan vender más. En segundo lugar, una rebaja de costes. Antes los servicios comunes ocupaban el 30 por ciento del espacio y ahora solo un 10 por ciento y, además, el precio que pagamos de alquiler es un tercio inferior, por lo que ahora somos más eficientes. Y, por último, cambiar la cultura en el sentido de que no queremos ya tantos despachos, no queremos utilizar tanto papel y queremos desarrollar lo audiovisual. ¿Se perciben ya los resultados? Los ahorros, por ejemplo, en papel son importantes, al igual que en consumo de electricidad. En venta cruzada es que no queda más remedio que los trabajadores se vean muchísimo y puedan hablar de negocios para hacer cosas juntos. BNP tiene 12 grandes empresas en España y en muchos casos, los mismos clientes. Al nuevo edificio hemos venido todos menos Arval, Cetelem y UCI. No tenía mucho sentido que estas tres filiales se trasladaran. ¿Cuánta plantilla trabaja en la nueva sede? Ahora unos 1.400 trabajadores y llegará a contar con 1.700 cuando se incorpore el área inmobiliaria en junio, con casi 200 personas, y algunas plataformas europeas. El banco ha decidido mutualizar el trabajo de Europa con Oriente Medio y África con grandes plataformas. En España contaremos con la de finanzas, en la que hacemos el reporting financiero para todos los países, la de informática y la de garantías. En estas unidades hay como unas 100 personas, pero en un futuro serán más. Crearemos unos 150 empleos. En un futuro podrían asignarnos otras plataformas. ¿Supone entonces un refuerzo de la filial española? Sí, claro, porque España cuenta con ventajas. Por un lado, las leyes laborales acompañan, ya que hay cierta flexibilidad y los salarios son más baratos que en otros países de Europa. Además, tenemos trabajadores muy experimentados. ¿Cómo ve al sector financiero en esta etapa de tipos negativos? Los tipos bajos o negativos afectan a la cuenta de resultados y no veo cambios este año. Eso sí, se percibe un cambio de tendencia en la curva. Pero el sector cuenta con aspectos positivos, como la menor necesidad de provisiones. ¿Espera que se produzca una nueva oleada de fusiones en este escenario? Los grandes bancos estarían dispuestos a comprar por ahorros de costes y sinergias, pero los medianos están intentando sobrevivir en solitario. Un cambio en los tipos podría beneficiar a estos últimos, aunque la regulación podría forzarles al final a sentarse en una mesa de negociación. BNP Paribas, hasta que no se aclare la regulación, no se plantea adquirir otros bancos minoristas.