londres. Pétalo a pétalo, Citigroup va deshojando la margarita. Hace una semana, el diario francés La Tribune anunció que el mayor grupo financiero del mundo ha encargado a un bufete de abogados explorar posibilidades de compra en Europa, con prioridad sobre BBVA, Barclays, BNP Paribas y Société Générale. Y ayer dio más detalles. ¿Qué se esconde detrás de esta estrategia? El consejero delegado de Citigroup, Chuck Prince, dio ayer las razones de esta expansión fuera de EEUU: "Reducir la dependencia del grupo a la ralentización de la economía norteamericana". Según Financial Times, Citigroup todavía no tiene claro el mercado en el que se fortalecerá, aunque sopesa Europa Occidental, Taiwán, Turquía, Centroamérica y China.Incluso ya hay fechas. Prince espera avances en su expansión internacional antes de final de año, con el objetivo de que las ganancias obtenidas fuera de EEUU sobre el total pasen del 45 por ciento actual al 60 por ciento. Al adquirir la máxima responsabilidad en Citigroup hace tres años, Prince advirtió que quería cambiar la histórica confianza del grupo en las adquisiciones, potenciada por su predecesor, Sandy Weill. Y hasta hace seis meses estuvo en vigor un dictamen de la Reserva Federal que prohibía a Citigroup hacer grandes adquisiciones hasta que no mejorara sus controles internos. Junto a esto, el príncipe saudí Alwaleed bin Talal, que cuenta con el 4,3 por ciento en Citigroup, criticó en julio la gestión del grupo en el control de costes y y pidió medidas para controlar los gastos. Toda una serie de mensajes de contención que han terminado con la decisión del primer grupo financiero mundial de salir al exterior para compensar los riesgos de EEUU.