El auditor pone en duda que el grupo cobre y refleja dudas en las cuentasmadrid. Sepi todavía está pagando una decisión errónea tomada hace ya más de cinco años. El Ministerio de Defensa debe a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) 180, 3 millones de euros por un contrato de munición, y no está dispuesto a pagárselos. El problema de este impago es que el organismo estatal presidido por Enrique Martínez Robles lleva arrastrando este compromiso en sus cuentas desde hace cinco años. En el último Informe de Auditoría del ejercicio económico 2005 existe una advertencia del auditor respecto al contrato en la que se dice que Defensa "no ha adquirido la propiedad del mismo ni realizado pago alguno destinado a su adquisición, por lo que se desconoce el resultado final de la operación y el efecto que la misma pudiera tener en los resultados de Sepi". El impago perjudica las cuentas del holding público, que el año pasado ganó 198,5 millones de euros y facturó 2.475 millones de euros. Según el informe económico auditado por la IGAE (Intervención General de la Administración del Estado), Sepi ya ha pagado 121,3 millones de euros por la compra de munición, una deuda que está provisionada en las cuentas. Conflicto antiguoEl conflicto se remonta al año 2001. Cuando se privatizó Santa Bárbara, el gigante norteamericano de defensa General Dynamics compró la compañía ante las quejas de otros candidatos como la candidatura formada por grupo alemán Krauss Maffei y Rheinmettal, dueños de la tecnología del carro de combate Leopard, que se ensambla en la factoría de Sevilla. General Dynamics es el fabricante del Abrams, principal rival del Leopard en el negocio de tanques.General Dynamics puso una condición para la compra, ya que sólo le interesaba el negocio de vehículos blindado y armamento. Las fábricas de municiones de Santa Bárbara eran las menos rentables y el grupo norteamericano exigió a Sepi, que en ese momento estaba siendo dirigida por Pedro Ferreras, un compromiso para comprarle balas de pequeño calibre hasta el año 2007. Así aseguraba la producción de esas plantas deficitarias. El importe del contrato, que se dividió en dos fases, era de 180,3 millones de euros. Gracias a este pedido, General Dynamics ha asegurado la continuidad de las fábricas de munición que ahora ya atienden pedidos del Ejército norteamericano.Cuando están a punto de entregarse los últimos encargos, el armamento está guardado en varios polvorines del Ministerio de Defensa pero no se ha utilizado. Fuentes cercanas a la cartera dirigida por José Antonio Alonso aseguran que "es muy complicado, por no decir imposible, que este material nunca se llegue a comprar". Desde Sepi son más optimistas y aseguran que "hay conversaciones para resolver el problema".En la fecha del acuerdo de compra, era ministro de Defensa Federico Trillo y su cartera no tenía fondos para hacer frente a ese pedido. La solución complicó todavía más el asunto ya que Sepi adquirió la primera fase de este contrato de municionamiento, por importe de 85,5 millones de euros, a través de los astilleros públicos Izar. La segunda parte del contrato, valorada en 94,8 millones de euros, la está asumiendo directamente Sepi.En un primer momento se esperaba que Defensa pagara los 180,3 millones con las plusvalías conseguidas en la Operación Campamento, según llegó a reconocer el anterior ministro, José Bono. Tras el cambio de titular el problema, que es conocido como Expediente X en la madrileña sede del Paseo de la Castellana, sigue sin resolverse.