Christian Streiff cumple su amenaza y abandona el gigante aeronáutico europeo por las presionesUno de los dos consejeros delegados de EADS, el francés Louis Gallois, será su sustitutoparís/berlín. El grupo europeo de aeronáutica y defensa EADS no levanta cabeza. En plena tormenta por los sucesivos retrasos del "superjumbo" A380 y los problemas que rodean al avión militar A400M, EADS aceptó ayer con efecto inmediato la dimisión del presidente de su filial Airbus, Christian Streiff, nombrado hace tan sólo tres meses para resolver la crisis del constructor aeronáutico.En un breve comunicado y al final de una jornada de continuas especulaciones, EADS anunció que Streiff será sustituido, también con efecto inmediato, por uno de los dos consejeros delegados de EADS, el francés Louis Gallois, quien compaginará ese cargo con la presidencia de Airbus. Los directores de todas las divisiones, con excepción de Airbus, quedarán bajo la tutela del otro primer ejecutivo, el alemán Tomas Enders. El comunicado precisó que "el consejo de administración (de EADS) ha subrayado nuevamente su respaldo unánime al plan Power 08", el proyecto de reducción de costes y de reorganización industrial diseñado por Streiff y aprobado el pasado 3 de octubre para sacar a Airbus de la crisis. Streiff quería "especializar las fábricas de ensamblaje" de Toulouse (Francia) y de Hamburgo (Alemania), lo que provoca inquietud en las dos ciudades. Airbus emplea a 57.000 personas, de las cuales 21.400 están en España y 19.968 en Alemania.EADS anunció también que una decisión sobre el A350, otro de los aviones cuyo lanzamiento se ha aplazado también por problemas en el diseño, será adoptada "en las próximas semanas". Un pulso perdidoStreiff ha perdido pues el pulso que echaba desde hace diez días con los principales accionistas de EADS. La semana pasada, envió a los co-presidentes del grupo sendas cartas, en las que amenazaba con dimitir si no se le concedía total libertad para llevar a la práctica su plan de reorganización de Airbus. Streiff sostenía que la estructura bicéfala de gobierno de EADS -en la que alemanes y franceses se reparten el poder de decisión- no permite una óptima gestión industrial de la empresa.Sin embargo, su voluntad de autonomía chocaba con la ambición de EADS -y en particular de los socios alemanes- de aumentar su control sobre Airbus y acabar con su tradicional independencia, considerada responsable de sus actuales problemas. Aunque conservaba el apoyo del Gobierno francés, Streiff había perdido el apoyo del primer accionista individual de EADS, la compañía germano-estadounidense DaimlerChrysler (22,5%), que le reprochaba una falta de diplomacia incompatible con sus funciones, y también del otro socio privado, Lagardère. Paradójicamente, Streiff ha conseguido a posteriori romper el tabú del reparto de poderes, puesto que Gallois acaba centralizando la co-presidencia de EADS y la presidencia de Airbus, algo que reclamó también en su día el antecesor de Streiff, Noël Forgeard. El comunicado de EADS reconocía ayer que "la nueva estructura de la dirección permitirá por una parte una gobernancia más simple y más eficaz y por otra parte nuevos ahorros de costes en el conjunto del grupo EADS".Reunión entre Merkel y ChiracLa caótica situación que se vive en Airbus centrará sin duda la reunión que la canciller Angela Merkel mantendrá el jueves en París con el presidente francés, Jacques Chirac. El hecho de que DaimlerChrysler abogara al parecer por la retirada de Streiff, permite suponer que el cambio en la cima de Airbus cuenta con el consentimiento del Gobierno de Merkel. Los planes de ahorro de Streiff (y su afán de independencia frente al co-presidente alemán de EADS, Thomas Enders), no parecían beneficiosos para las diez plantas de Airbus en Alemania. Ayer el ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, insistía en que "los emplazamientos alemanes sean tratados de manera muy justa y equilibrada dentro de este difícil proceso". Ante la inestabilidad que se respira en el consorcio europeo, el Ejecutivo germano ya no descarta una participación directa a través del banco estatal KFW. "Estamos analizando las situaciones en las que sería conveniente mantener participaciones por un tiempo como alternativa a un inversor industrial", comentó ayer un portavoz del Ministerio de Industria. El desarrollo de los acontecimientos determinará si finalmente el Ejecutivo alemán se decide a dar ese paso, contrario a la tradición alemana. En todo caso en Berlín se favorecen las soluciones empresariales, como ayer destacaron los representantes gubernamentales.