El PIB se mantiene en el 2,5% y el ministro Guindos explica que son cálculos "cautos y prudentes"El Ministerio de Economía rebajó ayer un punto la tasa de paro prevista para este año, que situó en el 16,6 por ciento en términos de la Encuesta de Población Activa. La "prudencia", que según Luis De Guindos esconde la elaboración del cuadro macroeconómico que servirá de eje para los Presupuestos de este año no impide al Gobierno aseverar que este año España podrá alcanzar los 19 millones de ocupados y que la cifra de desempleo baje por debajo de los cuatro millones por primera vez desde 2008. Más aún, el Ejecutivo estima que se crearán 506.000 empleos y que el paro se reducirá en 458.000 personas. Con todo, el país debería incrementar aún el número de afiliados en un millón para poder regresar a los 20 millones de cotizantes previos a la crisis. Este avance del mercado laboral se producirá con un crecimiento económico del 2,5 por ciento (estimación que no varía respecto a los cálculos previos). Es un nivel prudente si tenemos en cuenta que otros organismos y expertos elevan el avance de nuestro PIB al 2,8 por ciento este ejercicio. En cualquier caso, la mejora de estimaciones empieza a calar en las agencias de calificación. Ayer, Standard & Poor's mantuvo la nota a España en BBB+, pero mejoró su perspectiva de estable a positiva. Por segundo año consecutivo, la aportación del sector exterior al crecimiento será positiva (del 0,4 por ciento, algo que, según Guindos, no sucedía en nuestro país desde hace 20 años. Esto, en su opinión, pone de manifiesto "la calidad y la sostenibilidad" del crecimiento nacional. Según Guindos, el superávit de la balanza por cuenta corriente y la mayor aportación del sector exterior anticipan un "cambio de ciclo". Al mismo tiempo, habla de un crecimiento más perdurable en el tiempo y pone énfasis en que el país ha sido capaz de reducir su endeudamiento en unos 85.000 millones de euros a lo largo de los últimos cinco años. Menor dinamismo interno La composición del crecimiento sí incluye variaciones en lo relativo a la demanda interna. Su aportación se reduce a 2,1 puntos, desde los 2,8 del año pasado. El consumo privado avanzará un 2,6 por ciento, mientras que el de las Administraciones Públicas se mantiene en el 0,8 por ciento. La inversión se incrementa un 2,6 por ciento, especialmente por el tirón de los bienes de equipo (3,5 por ciento), más dinámicos que la inversión en construcción (su alza se mantiene en el 1,9 por ciento). El ministro aseguró que el aumento del consumo privado obedece a la mejora de la confianza, tanto en la evolución de la economía española, como en la creación de empleo, y que esto impulsará la renta disponible de las familias. La estimación del Ejecutivo respecto a la inflación es que se sitúe en el 1,5 por ciento este año. Confía, además, en que el barril de petróleo se encarezca hasta 56,4 dólares. El pasivo previsto Por otra parte, el Banco de España constató ayer que la deuda de las comunidades autónomas sigue marcando récord. En concreto, el pasivo regional aumentó un 5,1 por ciento el año pasado hasta los 276.899 millones, el equivalente al 24,9 por ciento del PIB. La Administración Central siguió registrando el nivel de deuda más elevado, con 796.622 millones (71,5 por ciento del PIB). Solo las entidades locales lograron rebajar su nivel de deuda. Lo recortaron casi un 9 por ciento hasta los 32.094 millones. La Seguridad Social terminó el año con 1.337 millones de deuda (el 0,1 por ciento del PIB). Así, la deuda del conjunto de las Administraciones aumentó el pasado ejercicio un 3,07 por ciento, hasta 1.106.952 millones, el 99,4 por ciento del PIB, que era la tasa que había previsto el Gobierno.