El debate energético ha sido uno de los temas candentes en Cataluña. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, llegó al consistorio alzando la bandera de la remunicipalización de servicios como el agua o la luz. Y aunque el contrato municipal de suministro eléctrico seguirá en manos privadas, Colau ha dado el primer paso para ganar terreno a las eléctricas. El pleno del ayuntamiento aprobó ayer crear su propia comercializadora municipal de electricidad con todos los votos favorables a excepción del PP. Se llamará Barcelona Energía, se pondrá en marcha en verano de 2018, permitirá ahorrar al consistorio unos 500.000 por la compra de energía y dará servicio hasta a 20.000 hogares. El objetivo es asumir el papel de gestor energético y "volver a fomentar la energía renovable y el autoconsumo", según el concejal de Energía, Eloi Badia. La firma podrá convertirse en agente de mercado de los excedentes de energía que se produzcan en instalaciones municipales de autoconsumo, pero tendrá que demostrar mediante acuerdos que paga un precio razonable.