La perspectiva de que un mayor ritmo en las subidas de tipos encareciese sus costes de financiación pasó factura a las telecos europeas, que se descorrelacionaron de sus homólogas estadounidenses y cerraron el año 2016 como el sector más bajista en el Viejo Continente con una caída del 16 por ciento, que contrasta con el rebote del 20 por ciento de sus homólogas al otro lado del Atlántico. Desde Schroders señalan que el castigo en bolsa ha sido excesivo, ya que "los inversores confundieron a las telecos con sustitutos de bonos [por su elevada rentabilidad por dividendo]". El proceso de concentración en el que se encuentra el fragmentado sector, podría ayudar a las telecos a la hora de repercutir el incremento de sus costes a las tarifas de los usuarios. Los analistas de Bloomberg confían que el beneficio por acción del sector en Europa crecerá un 4 por ciento en 2017, al tiempo que la losa de la deuda será cada vez menor: su apalancamiento descenderá de las 2,8 veces en 2016, hasta las 2,2 veces en 2020.