El BCE urge a la zona euro a refomar su seguridad social para soportar más jubilados Un reciente informe del Banco Central Europeo (BCE) subraya que el envejecimiento de la población impone nuevas reformas al Estado de bienestar de los mayores países de la zona euro. En este ámbito, Italia estaría en mejor posición que Alemania y Francia, si no fuese por su enorme deuda pública.En Italia, como en Alemania, la población está destinada a experimentar una bajada ya en los próximos cinco o diez años, según las proyecciones de la ONU. La población de la zona euro será, en 2050, de casi 310 millones de habitantes, permaneciendo invariable respecto a la actual. En cambio, EEUU registrará en el mismo período un crecimiento de su número de habitantes de entre el 0,3 por ciento y 0,7 por ciento anual. Dado que el desarrollo demográfico es un elemento crucial del crecimiento económico, es natural que el BCE se preocupe por el envejecimiento.El informe subraya que, teniendo en cuenta todos los capítulos del gasto público relacionado con el envejecimiento de la población (pensiones y sanidad), Italia aparece en una situación ligeramente mejor que Francia y Alemania. El desarrollo demográfico implicará en el país trasalpino en 2050 unos gastos del 1,7 por ciento del PIB, frente al 2,7 por ciento en Alemania y al 2,9 por ciento en Francia.Estas cifras no tienen en cuenta un factor crucial: la deuda pública. Italia arrastra el peso de una deuda que sigue creciendo y que hoy alcanza el 106 por ciento del PIB.En Francia y Alemania, en 2005, el pasivo era del 67 y del 68 por ciento, respectivamente. La deuda y el problema de su sostenibilidad es tal que influye en los presupuestos del Estado, frena el crecimiento y limita el margen de maniobra de la política económica, al tiempo que impone a Italia ajustes para permitir al Estado de bienestar adaptarse al envejecimiento de la población.En este contexto, uno de los problemas más graves es la tendencia a la jubilación anticipada. Los economistas del BCE subrayan que, en Italia, la tasa de ocupación de las personas de entre 55 y 64 años es la más baja de la zona euro: ronda el 30 por ciento, mientras la media europea es del 45 por ciento.