La producción nacional de carbón ha bajado un 73 por ciento durante el último quinquenio: el año pasado fue de 1,7 millones de toneladas, frente a los 6,6 millones que se extrajeron en 2011, según los datos de Carbunión, la patronal del sector. Durante el período el número de trabajadores del sector ha experimentado una evolución similar, reduciéndose en un 65 por ciento, desde los 5.825 hasta los 2.054. A las empresas tampoco les ha ido mucho mejor: si eran 21 en 2011, ahora sólo quedan 10. Por el contrario, las importaciones de carbón se han mantenido relativamente estables, pasando de 16 millones de toneladas en 2011 a 14,6 millones el año pasado, con picos de 22,4 millones en 2012 y de 19 millones en 2015. La explicación hay que buscarla en la mayor calidad y el menor precio del carbón extranjero, en un mercado más líquido y global. Las ayudas que mantenían el carbón nacional casi han desaparecido: el año pasado se limitaron a 25 millones.