El comisario europeo evalúa el impacto de la próxima normativa de la UE en EspañaSi España alcanza el objetivo europeo de cubrir un 27 por ciento de su demanda energética con renovables en 2030, creará 100.000 empleos y el PIB nacional subirá en 12.000 millones de euros, según las estimaciones de Miguel Arias Cañete, comisario de Energía y Acción por el Clima de la UE. El comisario facilitó ayer esos datos durante su intervención en un acto organizado por la Asociación Española para la Economía Energética y Enerclub, al objeto de analizar las propuestas legislativas que la Comisión Europea presentó en noviembre bajo el epígrafe de Energía limpia para todos los europeos, también conocidas como Paquete de invierno. La Comisión había evaluado el impacto de las propuestas en el conjunto de la UE -creará 900.000 empleos, generará un 1 por ciento más de PIB durante la próxima década y movilizará hasta 177.000 millones al año de inversión-, pero hasta ahora no había datos sobre su efecto en el país. El Paquete de invierno contiene las medidas clave para que la UE reduzca un 40 por ciento sus emisiones de carbono en el año 2030 y se centra en tres grandes ámbitos: fomento de las renovables y la eficiencia energética -debe bajar el consumo un 30 por ciento-, reforma de los mercados eléctricos para absorber las renovables y dar más poder a un consumidor activo, y el diseño de un mecanismo de gobernanza energética de la UE que permita alcanzar los objetivos. Para potenciar las renovables se plantean subastas -salvo en casos puntuales-, cooperación transfronteriza, simplificación de procesos -sobre todo para modernizar plantas avejentadas-, la prohibición explícita de cambios retroactivos, un incremento del 1 por ciento anual en los usos térmicos y el fomento de combustibles alternativos. Y para la eficiencia energética se hará hincapié en la renovación de los edificios, incluso con financiación específica. En la reforma del mercado eléctrico, plantea eliminar las tarifas reguladas -con excepciones temporales para reducir la pobreza energética-, establecer centros de control transfronterizos, limitar los mecanismos de capacidad y excluir de ellos a las tecnologías que emiten más CO2, y, sobre todo, situar al consumidor en el centro del mercado, dotándole de la capacidad de producir y vender energía y abriendo la puerta a nuevos modelos de negocio ligados a la agregación de esa microgeneración y la gestión de la demanda. Respecto a la gobernanza... La UE quiere vencer el contrasentido de que haya objetivos vinculantes en el plano europeo pero no en el plano nacional mediante un sistema de intercambio de información entre la Comisión y los estados miembro que simplifica y refuerza el existente, pero que carece de la capacidad coercitiva, puesto que no hay sanciones por incumplimiento; y la UE, obviamente, no se sanciona a sí misma.