El banco prevé una ampliación de 13.000 millones antes de marzo La fragilidad de Unicredit, el principal banco de Italia, es superior de la esperada. La entidad transalpina desveló ayer que su solvencia es inferior a la exigida para 2016 por el Banco Central Europeo (BCE) y que sellará el pasado ejercicio con pérdidas de 11.800 millones de euros por culpa de las medidas extraordinarias articuladas. El origen de todos los problemas es la pesada carga de activos tóxicos, cuyo saneamiento le ha consumido 13.200 millones, 1.000 millones más de los previstos. En esa partida incluye provisiones por la depreciación de ciertas inversiones y la contribución extraordinaria al Fondo de Resolución Nacional. Un quebranto que hizo caer un 5,45 por ciento la cotización del banco lombardo en la Bolsa de Milán. La entidad precisó que el resultado sería positivo si no tuviese en cuenta el impacto de estas partidas extraordinarias. El esfuerzo le impedirá cumplir con el capital exigido por el BCE. En un hecho relevante a la CNMV italiana -Consob- el banco detalló que su ratio de máxima calidad CET1 quedó al cierre del ejercicio en el 8 por ciento, por debajo del 10 requerido por el BCE. El banco prevé recomponer la solvencia con una ampliación de capital por valor de 13.000 millones durante el primer trimestre 2017. Según el banco, su déficit de capital estará "plenamente restaurado" para el 10 de marzo si las autoridades dan luz verde al calendario para las emisiones de deuda. Unicredit prevé que su CET1 alcance el 12 por ciento a finales de 2017 y supera el 12,5 por ciento para el ejercicio 2019. Buena parte de la hoja de ruta ya era conocida. El pasado 13 de diciembre, el banco detalló que su nuevo plan estratégico 2016-19 contemplaba una ampliación de capital por valor de 13.000 millones, la supresión del dividendo de 2016, la venta de activos tóxicos por importe de 17.700 millones y el recorte de 14.000 puestos de trabajo en los dos próximos años.