El beneficio del banco alcanza en 2016 los 6.204 millones de euros, un 4% más que un año antesLa entidad niega un aumento de las comisiones en la ‘Cuenta 1,2,3’ y defiende su transparenciaEl Santander logró el año pasado superar esa barrera por la que luchan todos los bancos del continente. Su rentabilidad batió en todos sus mercados el coste del capital, salvo en Estados Unidos. La presidenta, Ana Botín, justificó ayer la excepción por las fuertes inversiones acometidas en dicho país para cumplir con los requerimientos regulatorios. Esta carga también propició que fuera el único mercado donde retrocedió el beneficio, algo que cambiará este año. Para este ejercicio y “por primera vez desde el año 2010”, según afirmó, “se espera que los diez mercados crezcan”. Esta mejora generalizada llevará al grupo, estimó, a obtener unas ganancias superiores a los 6.500 millones de euros, una cifra que supone aumentar en más de un 4 por ciento las cosechadas este año. En 2016 este es el porcentaje de aumento y Botín, que valora ante todo que los resultados sean predecibles, sostenibles y nada volátiles, espera que este año el banco pueda repetir, cómo mínimo, dicha evolución. El beneficio neto atribuible llegó a 6.204 millones, apoyado en un auge de las comisiones del 8 por ciento y del 2,3 por ciento del margen de intereses, descontando el efecto de las divisas. Los extraordinarios, las operaciones financieras y el ajuste de costes han dejado de ser el sostén de los resultados. Se dispara un 4% en bolsa Las cuentas sorprendieron, ya que a pesar de “los sucesos no previstos y en muchos casos adversos para el sector”, el banco logró los hitos marcados en el plan estratégico, gracias a la mejora obtenida en mercados complejos. Y la bolsa lo acogió con una subida del 4,03 por ciento, hasta 5,37 euros, una cota no alcanzada desde noviembre de 2015. Una de las sorpresas positivas fue Brasil, la filial con más peso en la aportación al beneficio, que crece un 9,5 por ciento a pesar de la recesión de la economía. El resultado bruto del Reino Unido, otro foco de incertidumbre por el Brexit, crece a ritmos del 7 por ciento en moneda local, aunque el impuesto a la banca y la depreciación de la libra, le hicieron decrecer un 14,7 por ciento en ganancia neta en euros. En España, el resultado global de su actividad se disparó un 24,2 por ciento, fruto de las menores pérdidas en la inmobiliaria, un mejor comportamiento de su división de consumo y la de banca. La Cuenta 1,2,3 aumenta la vinculación un 33 por ciento y la mitad de las nuevas contrataciones procede de estos clientes. Botín reiteró que espera duplicar el número actual en 2018, para alcanzar los 4 millones de clientes y defiende que no se ha producido un aumento en sus comisiones, sino que “se pide que a cambio de unos intereses y unas ventajas que se ofrecen nos tengan como el banco principal, lo que lleva a utilizar las tarjetas”. Botín además, defendió que “esto es transparencia. Algunos bancos lo cobran en el margen” y aclaró que el Santander tiene otras cuentas gratuitas, pero en las que no paga intereses. El Santander cambió las condiciones de la Cuenta 1,2,3 por las que a partir de febrero se cobrará 3 euros mensuales por la tenencia y uso de una tarjeta de crédito, por lo que la factura para el cliente pasa a 6 euros. En España se espera que el margen de intereses, que aún decrece un 10 por ciento, se estabilice en los próximos trimestres y el saldo vivo de crédito deje de caer por primera vez en cinco años. No en vano, la banquera espera un buen desempeño del país, que tiene un gran atractivo para los inversores y crea empleo. Después de los meses de incertidumbre política “ahora los teléfonos no dejan de sonar”, dijo. El ‘efecto Trump’ México, otra filial clave, mantiene estable su beneficio en euros, pero en pesos sube un 17,5 por ciento. Botín admite que en el país se notará el efecto Trump, si bien confía en sus capacidades para minimizar los daños, como sus otros pactos comerciales, las fortalezas económicas y reformas emprendidas. Trump, aseguró, busca modernizar un acuerdo comercial vigente desde hace muchos años y confía que ambos países llegaran a un acuerdo satisfactorio, por su cercanía geográfica y sus relaciones comerciales. Pero ni el efecto Trump, ni el Brexit, ni los bajos tipos de interés apartan al grupo de sus objetivos para 2018. Uno de los que considera “todo un reto” es alcanzar el doble dígito de crecimiento en beneficio por acción, si bien Botín se muestra confiada por la previsión respecto al grupo y la estrategia empleada. Respecto a operaciones corporativas, la banquera se mantiene en el mismo lugar: sólo acometerá aquellas que encajen en los baremos del banco y de escaso tamaño, ya que la prioridad es el crecimiento orgánico. El banco tampoco tiene en agenda replantearse alianzas como la de Altamira, como hizo antes con la depositaría o gestora. La excepción es Allfunds, cuya desinversión despierta un interés intenso y prevé colocar sin sacarla a bolsa.