“Tenemos una política de retribución sencilla: mantenemos en tiempos malos y subimos en los buenos”, asegura Velázquez. Y ahora es uno de esos momentos buenos, de ahí que “lo lógico fuera ir pensando poco a poco volver al dividendo en metálico, primero, y luego aumentarlo”, sostiene. ¿Será 2017 el año de volver al cash? “Desde luego que ha empezado bien y las expectativas son buenas, pero tendremos que comprobarlo de cara a la preparación de la Junta de Accionistas que tendrá lugar en junio o julio lo discutiremos”. En todo el periodo que dura el scrip, que son ya cuatro años, el dividendo de Acerinox se ha mantenido estable, en los 0,45 euros brutos por título que venía repartiendo la acerera en la última década. La única diferencia es que antes del scrip, el accionista percibía cuatro pagos -tres por valor de 0,1 euros y uno más, de 0,15 euros- y ahora se realiza una sola vez al año. De cara a 2017, los expertos estiman que la rentabilidad de su retribución se sitúe en el 3,5 por ciento, en la parte media de la tabla del Ibex 35 y por encima de sus comparables. ArcelorMittal y Outokumpu no reparten dividendo y el pago de Aperam, la única de las grandes que sí lo mantiene, renta un 2,6 por ciento, según Bloomberg. “No puedes diluir el capital hasta el infinito, pero, de momento, el scrip parece una fórmula que gusta al accionista. En 2014, un 51 por ciento de ellos prefirieron acciones (en lugar de cobrar en metálico), en 2015 subió al 59 por ciento, y el año pasado fue del 77 por ciento”, concluye.