ACS y Zeltia, los últimos ejemplos del creciente malestar por las valoraciones madrid. Martes, 17 de junio de 2008. Goldman Sachs revisa un 33 por ciento al alza el precio objetivo de Jazztel, apenas cinco sesiones después de haberlo rebajado un 47,8 por ciento. Era la segunda vez en pocos meses que el banco estadounidense se desdecía de una manera tan brusca. En otoño, pasó de valorar en 180 millones la aerolínea Vueling a concederle apenas 37 millones y, veinte días después, volver a cambiar de opinión y elevarla hasta 200 millones. ¿Qué explicaciones dio Goldman? En el caso de Jazztel, cuya cotización se vio seriamente sacudida por cada uno de estos comentarios, son difíciles de descifrar: "Hemos revisado al alza la perspectivas de penetración del mercado español y hemos aumentado las adiciones netas de Jazztel y el ARPU, revisando los costes y la retribución de la inversión fija". Más claro se mostró Robert Crimes, analista de Credit Suisse, el pasado viernes, cuando dejó escrito: "Reiteramos nuestra creencia de que ACS va a tener dificultades para conseguir nuestra estimación de 1.600 millones que creemos que va a necesitar para el lunes". Según el analista, especializado en el sector de las infraestructuras, la constructora necesitaba esta cantidad para reequilibrar los créditos que solicitó para adquirir Iberdrola y Hochtief. Según las fuentes consultadas por elEconomista, la aportación que debía realizar el lunes ACS, derivada del desplome bursátil generalizado del viernes 10 de octubre, eran unos 180 millones. Ante la falsedad de la información publicada por Crimes, cuyos duros informes le han llevado a ganarse el sobrenombre de Roberto Crímenes entre algunos grupos de infraestructuras españoles, la compañía presidida por Florentino Pérez decidió demandar al analista y a su firma. Dos días después, ayer, Zeltia también puso nombres y apellidos a otro analista al que acusa de, "sistemáticamente, valorar la compañía, al menos dos euros por acción por debajo de la cotización del momento". Se trata de Stephen McGarry, de Goldman Sachs, que ayer rebajó un 55,5 por ciento el precio objetivo de la compañía, hasta 1,60 euros por acción, frente a los 3,78 euros por título en que cerró Zeltia, tras caer un 2,83 por ciento. La empresa gallega recurrió ante la CNMV para defenderse de estas valoraciones, aunque el supervisor decidió retirar de su página web este comunicado, alegando que no era el canal correspondiente. ¿Quién analiza al analista? El creciente malestar de las empresas hacia algunas valoraciones abre la puerta al debate sobre quién controla a estas firmas y qué responsabilidad se les puede exigir. Sobre todo, en un momento de absoluta falta de confianza como el actual, en el que se ha puesto ya en entredicho la labor de todo el sistema y entre cuyas principales víctimas (o verdugos) se encuentran, precisamente, los grandes bancos de inversión, en cuyas entrañas viven muchas de las principales firmas de análisis. "Un analista debe tener completa libertad para decir las cosas tal y como las ve. Y, si comete algún error manifiesto, la empresa afectada puede pedir que lo corrija. ¿O es que no puede equivocarse un analista?", señala Pablo González, profesor de la escuela de negocios IESE, experto en valoraciones. Para su colega del IE Business School, Joaquín Garralda, debe distinguirse entre "un informe donde se publica una mentira, ante el que pueden tomarse acciones legales, además de la pérdida reputacional para la firma; de otro donde el analista no miente, pero puede cargar las tintas con juicios de valor". En este último caso, considera que los límites deberían marcarlos la ética y la profesionalidad del analista. Sin embargo, la catarsis generalizada que están viviendo los mercados puede conllevar también algún cambio entre estas firmas. "Hay un debate general, que se cerró en falso, y ahora se va a tratar de verdad, que son los conflictos de interés. Y esto afectará a la relación entre los bancos de inversión y sus divisiones de análisis", señala Aldo Olcese, ex presidente del Instituto Español de Analistas Financieros. Aunque insiste en que "se debe entender la labor del analista, los movimientos tan pendulares son criticables y se debería exigir mayor equilibrio".