La oposición denuncia que OHL ganara con una oferta más caramadrid. Las grandes constructoras han encontrado en el floreciente mundo sanitario un nuevo filón. Los Gobiernos regionales se han embarcado en ambiciosos programas de construcción, gestión y mejora de hospitales que prometen repartir miles de millones de euros entre los reyes del ladrillo. Pero tanto dinero ha terminado desatando la polémica. Esta vez, en Mallorca.El hospital Son Dureta II era el centro más deseado por todas las grandes constructoras, por ser el que repartirá más millones de todos los que están en marcha. El Gobierno Balear había valorado en 778 millones de euros el nuevo hospital, que terminó adjudicando a un consorcio capitaneado por OHL por 740 millones. Sin embargo, esta oferta es 105 millones superior a la realizada por ACS (a través de Dragados) y FCC.El escándalo que se desatado por conceder el contrato a una oferta más cara terminó forzando al Gobierno balear a someter al dictamen de un Consejo Consultivo la adjudicación del contrato de OHL. Un visto bueno que ha conseguido obtener, a pesar de la negativa de los partidos de la oposición, que piden volver a empezar el concurso desde el principio.La constructora presidida por Juan Miguel Villar Mir ha declinado pronunciarse al respecto y se limita a recordar que su oferta fue elegida por los técnicos y avalada por la mesa de adjudicación.Modelo anglosajónUno de los grandes atractivos del concurso de Son Dureta es su innovadora fórmula, importada de Reino Unido y que ya se ha puesto en marcha en la Comunidad de Madrid. La constructora que consigue hacerse con el contrato, además de levantar el nuevo inmueble, gestionará todas las labores no médicas. Esto significa que, poco a poco, irá recuperando la inversión que ha llevado a cabo mediante el cobro de un canon periódico pactado con el Gobierno. En el caso de OHL, la constructora recuperará por medio de esta forma los 740 millones de euros que conforman su oferta económica.