El área que vigila el cumplimiento de objetivos reportará al consejero delegadoCambios de calado en la estructura directiva del Popular, inmerso en el proceso de relevo en la presidencia. El responsable de riesgos, José María Sagardoy, abandona la entidad y el banco potencia el área encargada de vigilar la evolución de la rentabilidad y monitorizar el cumplimiento de los objetivos, que pasará a depender directamente del consejero delegado, Pedro Larena. La entidad lo enmarca en el plan de reorganización que está llevando a cabo y por el que prescindirá del 20 por ciento de la red comercial. Pero son ajustes de relieve sobre el organigrama rediseñado en septiembre, al poco de aterrizar Larena procedente de Deutsche Bank, y que escindió el grupo en dos patas: una para negocios y otra inmobiliaria, con el objetivo nuclear de recuperar la rentabilidad perdida. Sagardoy, fichado en 2007 en el BBVA para la unidad de mercado de capitales y que, tras dirigir banca mayorista, se asentó en la unidad de riesgos, se desvincula del Popular. A principios de 2015, el banco le había situado al frente de una nueva macrodivisión de riesgos para adaptarse al supervisor europeo. La dificultad para reducir la losa de 34.000 millones en ladrillo es la que ha precipitado el cambio radical de estrategia y la futura sustitución de Ron por Emilio Saracho. El sillón de Sagardoy lo ocupará Carmen Riveras. Licenciada en Económicas y Empresariales, esta ejecutiva lleva 24 de sus 49 años en el Popular, donde inició su trayectoria profesional en sucursales. En 2001 se incorporó a bancopupular-e (germen del actual WiZink) como directora de inversiones y tras liderar la Oficina de Investigación Operativa, asume la Oficina de Gestión del Riesgo en junio de 2015. Medición de la rentabilidad Los movimientos acercan además a Larena la división de Información Corporativa y Análisis, una especie de supervisor de la estrategia interno que se escinde de la Secretaría General Técnica, cuya dependencia es directa de Ángel Ron, y pasa a reportar al consejero delegado. Se trata de una división independiente de las áreas funcionales y cuya misión es la medición de la rentabilidad y evolución de las líneas de negocio estratégicas, así como vigilar el cumplimiento y desviaciones frente a los objetivos fijados. Se ocupa además de suministrar información fiable y relevante a los órganos de decisión para las resoluciones que adopten sobre el negocio o proyectos estratégicos. A su frente se sitúa Isabel Moreno. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas con 20 de sus 42 años ligada al sector financiero. El banco la fichó en 2011 como directora de la Oficina de Información de Gestión, tras trabajar en Arthur Andersen, Management Solutions y Barclays, y desde 2015 ocupa la dirección actual. Ambas in- gresarán en el comité de dirección y serán subdirectoras generales. De la Secretaría General que reporta a Ron depende ahora Contabilidad, Capital y Relación con Supervisores, Estrategias, Desarrollo Corporativo e Internacional y Relaciones externas y Corporativas. Es el penúltimo ajuste en un organigrama rediseñado en septiembre y que el pasado día 7 incorporó a Rafael Muñoz como director general de negocio y responsable de la red comercial, en sustitución del jubilado José Ramón Alonso.