La ministra espera a conocer el presupuesto de 2017 para detallar sus objetivosDe prudente puede calificarse el inicio de la nueva legislatura de Isabel García Tejerina al frente del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. La misma ministra para una cartera renovada solo en su denominación. El Magrama ha pasado a ser Mapama; la pesca ha ganado posiciones, al menos nominativas. El agua sigue bailando entre la agricultura y el medio ambiente. De lo demás, poco puede adelantarse. En su toma de posesión, el pasado 7 de noviembre, García Tejerina se curó en salud y se limitó a esbozar las líneas generales de lo que será su mandato, en el que “trabajaré para estar a la altura de las ambiciones que este Gobierno tiene para España”. Estar a la cabeza, avanzar “en el reto medioambiental más importante que tiene la humanidad, como es la lucha contra el cambio climático”, y transformar España en una economía baja en carbono será una política esencial de su Ministerio. Al igual que alcanzar un Pacto Nacional del Agua, que derive en la mejor gestión posible de este recurso. También aseguró que se trabajará en la economía circular, en la protección “de nuestro rico patrimonio natural, y en algo tan importante como que el conjunto de la sociedad española se sienta partícipe y responsable del cuidado del medio ambiente”. Seguir mejorando la competitividad del sector alimentario, incrementar las posibilidades españolas de pesca y mejorar su rentabilidad, además de cuidar de los recursos pesqueros para garantizar la actividad en el futuro, son otros de los temas de la agenda de la ministra, que recordó algunos asuntos de calado, como que próximamente se abordará la revisión a medio plazo del Marco Financiero Plurianual de la UE y se iniciará el proceso de definición de la futura PAC, donde estarán presentes las políticas para afrontar el cambio climático. La ministra aprovechó para hacer balance del mandato anterior con ejemplos concretos. Así, recordó cómo gracias a los esfuerzos del Gobierno en la negociación de la PAC, los agricultores y ganaderos gozan de tranquilidad hasta 2020, a lo que sumó el hecho de que España haya pasado de tener dos almacenamientos privados de aceite de oliva a superar a Italia en exportaciones de este producto en EEUU, y el significativo incremento de las exportaciones de los productos alimentarios españoles, que han pasado de los 31.000 millones al principio de la pasada legislatura a alcanzar los 45.500 millones de euros. En materia de pesca, el anterior Gobierno comenzó la legislatura con serios avisos de la CE por la manera en que se gestionaba este recurso “y cinco años después España es un ejemplo de pesca responsable y sostenible, y tenemos más posibilidades de pesca y más rentabilidad para los pescadores españoles”. Apuntó también que España ha cumplido con el Protocolo de Kioto I, “y cumpliremos con Kioto II, además de prepararnos para estar a la cabeza de la lucha contra el cambio climático a nivel mundial”. Y concluyó su recuento de logros añadiendo que se empezó la legislatura pasada con expedientes sancionadores de la CE en materia de agua, y “hoy tenemos definidas todas las necesidades y recursos que necesitamos acometer para garantizar el uso del agua”. “El trabajo que tenemos por delante es enorme, porque enormes son nuestras ambiciones para España y para la sociedad española”, concluyó la ministra, convencida de que contará con el apoyo de todos los sectores, los grupos parlamentarios y los Gobiernos de las Comunidades Autónomas. De momento, como el resto de carteras del Gobierno, Tejerina está atada de pies y manos para poner en marcha iniciativas de calado. Y tampoco debe esperar demasiado de los Presupuestos para 2017. Si las cosas siguen como están, lo más probable, según fuentes del sector, es que se prorroguen las cuentas de 2016, y el presupuesto para el entonces Magrama no es como para tirar cohetes. Un total de 9.765,9 millones, un 12,2 por ciento menos que en 2015, una vuelta a los niveles de 2014, que si no han dado mucho juego para invertir en infraestructuras, tampoco han permitido gastar en el mantenimiento y la renovación de las ya existentes. De ahí, como reprochan en el sector del agua, el estado de las redes, tanto de suministro como de alcantarillado; los suspensos en depuración; la infrautilización de las desalinizadoras... Como manifestó la propia García Tejerina en septiembre de 2015, este presupuesto “da una adecuada respuesta a las necesidades básicas de las políticas agraria, pesquera, alimentaria y medioambiental”.