Propone que otras candidaturas logren el consenso a partir del próximo eneroJosé Manuel de Riva, hasta ahora presidente de Ametic, renunció ayer a seguir liderando la patronal tecnológica, pese a contar con el respaldo del 78 por ciento de los asociados. El motivo que De Riva justificó al término de la Asamblea General de la asociación no admitía dobleces: “Prefiero no ganar las elecciones en un proceso viciado”, dijo a un grupo reducido de periodistas. Previamente, explicó que el suyo era un “ejercicio de responsabilidad”, con el que pretendía “dar opción a que puedan concurrir otras candidaturas que intenten conseguir el consenso entre los asociados, a través del diálogo y la negociación”. La sorpresiva renuncia a la presidencia de Ametic se materializó minutos antes de que se anunciara formalmente su reelección, puesto que la suya fue la única candidatura presentada en el proceso electoral. No ha hecho falta ni constitución de las mesas, ni votación -a la que ayer estaban convocados los representantes de más de 300 empresas tecnológicas-, ni mucho menos escrutinio de los votos, puesto que el presidente saliente dejó el puesto vacante, para así apaciguar la disensiones internas provocada por apenas una decena de los miembros de Ametic. De Riva explicó a los periodistas que no quiere convertir su presencia en obstáculo para que otra candidatura pueda alcanzar un acuerdo con la totalidad de los asociados. Pero, al mismo tiempo que cede el paso a cualquier otro candidato de consenso que pudiera surgir en las próximas fechas, el ya expresidente de Ametic se reafirmó en las palabras ya pronunciadas días atrás, cuando lamentó el comportamiento “poco democrático” de los asociados críticos, que boicotearon la elecciones sin presentar una alternativa, “rompiendo el proceso desde fuera”. Oposición poco democrática En la Asamblea General de Ametic, De Riva recordó el artículo séptimo de la Constitución, referido a las funciones de las asociaciones empresariales, para concluir que “hay unos pocos que no admiten el juego democrático y los valores a los que se refiere este artículo”. De esa forma De Riva se refería implícitamente a un grupo cualificado de asociados, que durante las últimas semanas se han movilizado en contra de De Riva y su reelección. Es el caso de Telefónica, compañía que desde el primer momento se significó en el rechazo frontal al resultado previsible de las urnas, decisión que fue secundada de inmediato por suministradores de servicios e infraestructuras de telecomunicaciones como Ericsson, Nokia, Qualcomm, así como Informática elCorte Inglés, Telecor, Inves- trónica, los operadores Orange y Vodafone y consultoras como PwC, Deloitte, Indra y Accenture, entre otras grandes compañías. A grandes rasgos, los asociados críticos con la gestión de De Riva mostraron su disconformidad con los estatutos de la asociación, en concreto con el principio fundacional que confiere un voto a cada asociado, sea cual sea su tamaño. “No tiene sentido que valga en Ametic lo mismo la opinión de Telefónica, Orange o Vodafone que la de una pequeña pyme también asociada en la patronal”, indicaron fuentes de las compañías contrarias a la renovación de De Riva en el cargo. Precisamente, las grandes compañías contrarias a la renovación de la actual junta directiva de Ametic apuntaron la posibilidad de crear una asociación propia, que representara sus intereses y objetivos. Esa decisión queda ahora en suspenso, en espera de la puesta en marcha de un nuevo proceso electoral, que se activará en enero y en el que se elegirá la junta directiva que gobernará los pasos de la patronal durante los próximos cuatro años.