En 2006, la flota de vehículos de renting alcanzó los 503.000 vehículos entre turismos y comerciales. Este año, el sector podría cerrar cerca de esa mítica cifra; de hecho, a septiembre de este año las operadoras gestionaban casi 478.000 unidades, aunque todavía queda lejos del récord, en 2008, cuando se superaron los 571.500 vehículos. El sector ha cogido una buena velocidad de crucero y la flota registra crecimientos cercanos al 10 por ciento anual; es decir, unas 45.000 unidades. En los nueve primeros meses del año, las operadoras habían adquirido 155.321 vehículos y se superarán con seguridad los 172.321 comprados el pasado año. Más coches, pero también más ingresos como consecuencia de los servicios que oferta el renting, cada vez de mayor valor añadido. Hasta junio de este año la facturación ha crecido de media un 12,3 por ciento, dos puntos y medio por encima de 2015. Pero quizá el ratio que muestra con mayor claridad el dinamismo de un sector que ha evolucionado con la crisis, es su mayor penetración en el conjunto de la automoción. Hace una década, del total de turismos y comerciales que se matriculaban en España, el 9,5 por ciento se realizaba a través de renting. Sin embargo, en septiembre de este año, el peso había crecido siete puntos porcentuales, hasta el 16,7 por ciento. Un incremento que se explica por la apertura a nuevos nichos de mercado, en especial las pequeñas y medianas empresas, más proclives a la compra que al alquiler a largo plazo. Según los datos de la Asociación Española de Renting (AER), en 2006 el 63 por ciento de los clientes eran grandes empresas, mientras que las pymes, que empezaban a despuntar gracias a la pujanza económica, sumaban el 28 por ciento de la flota. La Administración Pública era responsable de otro 5 por ciento, y el particular, en su gran mayoría autónomos y profesionales liberales, un 4 por ciento. En la actualidad, las pymes concentran ya el 35 por ciento de la flota de renting y el porcentaje sigue creciendo. En el sector consideran que a medio plazo las pequeñas y medianas empresas superarán más de la mitad del mercado de renting en España, siguiendo la estela de otros países europeos. Pero si las pymes están sustentando los crecimientos del presente, los particulares podrían empezar a sumarse al alquiler a largo plazo en detrimento de la propiedad. Empresas de renting se han lanzado a comercializar el producto entre este tipo de clientes, estrategia a la que se han sumado algunos fabricantes, como Peugeot y Citroën, que este año han puesto en marcha ofertas para que los particulares adquieran el coche bajo la modalidad de renting en sus concesionarios. Al margen de las cifras, quizá lo más relevante es la aparición de nuevos productos ligados más a la movilidad de las empresas que a la gestión de flotas: el renting flexible es un claro exponente, pero hay otros como el carsharingt corporativo.