Nació ligada a la ejecución de obras ferroviarias hace más de 60 años y en menos de una década su vocación se quedó pequeña. Dos años después de su fundación por Rafael del Pino y Moreno, en 1952, acometía su primera obra fuera de nuestro país. Convertida en una multinacional de infraestructuras que opera en servicios, autopistas, contrucción y aeropuertos, cuenta con una plantilla de más de 74.000 empleados y tiene presencia en más de 15 países. Y con estos activos ha hecho frente a un periodo de crisis que ha puesto a prueba sus cimientos. Su proyección internacional le ha permitido superar los años más duros, pero también le mantiene expuesta tras acontecimientos recientes como el Brexit, dada su vinculación con el mercado británico. La compañía ha decidido romper con la austeridad y pasar a la acción, busca entrar en proyectos internacionales por 22.500 millones de euros, coloca a EEUU como mercado prioritario y mira a Latinoamérica.