La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha puesto en peligro el 35 por ciento de las rutas que opera easyJet en el Viejo Continente o el 30 por ciento de su capacidad. Si el Brexit se consuma sin que se llegue a un pacto sobre la permanencia del país británico en el acuerdo de cielos abiertos de la UE, las aerolíneas con bandera de Reino Unido, como easyJet o British Airways, no podrán volar entre países comunitarios. Esta situación, que amenaza a una buena parte del negocio de la low cost británica, que tiene bases en Francia, España o Italia, ha llevado a su cúpula directiva a preparar la apertura de una filial fuera del Reino Unido y solicitar el Certificado de Operador Aéreo para seguir siendo una empresa comunitaria. Según informó Carolyn McCall, consejera delegada de easyJet, la compañía planea invertir 10 millones de libras esterlinas (11,4 millones de euros) en dos años en la creación de una filial en un Estado miembro de la Unión Europea (UE), que estaría operativa en 2017. Del coste total estimado que supondrá la creación de esta nueva filial, la mayor parte vendrá determinado por el cambio de registro de las aeronaves de la compañía desde Reino Unido al nuevo país. La compañía, que cerró su ejercicio 2016 operando 803 rutas, ha visto cómo sus ingresos caían un 0,4 por ciento a pesar del alza del 6,6 por ciento de los pasajeros por la guerra de precios.